Postales Eléctricas
Cadillac II
Seguramente Lucy sabía algo, pero
desde luego quien sabía toda la
verdad o gran parte de ella era el
sabueso Ugarte. Su metomentodo
investigador, aquel tipo que siguió la
pista de John Wesley sin conseguir
dar con él, aunque también es verdad
que pudo dar con mucha información,
mucha de ella encriptada, mucha de
ella de diferentes fuentes, pero aquel
forajido cabrón se esfumó.
Después siguió los pasos de Ronnie
Valmo y lo encontró, sabiendo y
poniendo muchas cosas en claro
junto a Lucy.
El muy cabronazo también se esfumó
como JW, desapareció, se evaporó en
las brumas de América formando
parte de las leyendas urbanas que
tanto perseguían.
Lucy sabía algo, la última pieza de ese
rompecabezas interminable estaba
muy cerca y esa última pieza era Kurt
Wanda. Los tres amigos vagaban por
el mundo como almas en pena en
busca de la eternidad en un mundo
lleno de dudas.
Había algo que les unía y ella, Lucy
Bloomfiel, también formaba parte de
ese círculo vicioso y pantanoso, pero
le faltaban Kurt y Alan Connducci,
aquel ser casi irreal y oscuro que no
conocía casi nadie.
La lluvia continuaba castigando las
instalaciones de la depuradora. Al
fondo se escuchaba el ronroneo del
generador de electricidad, dando la
sensación de flotar entre esos ecos
que daban vida a un fondo sonoro
que permanecía como un muro
imperturbable.
Volvió a mirar una foto de Vince Taylor:
era estimulante, era precioso, era su
chico en esos momentos.
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