La marca atendió la demanda que
empezaba a desarrollarse con la ya
nombrada Nocaster Relic más una
línea de tres Strato Relic. Ya sabemos que los norteamericanos
son unos verdaderos maestros en
esto del marketing, cuando identifican
una demanda van a muerte a por ella
así que los pasos posteriores fueron
en la dirección de desarrollar el
producto, no sea cosa que a alguno
de la competencia le dé por seguir el
mismo camino.
Acabaron siendo un gran éxito siendo
además la Mary Kaye el modelo más
vendido para la Custom Shop a finales
de los años 90. La línea relic se expandiría a partir
de 1998 proponiendo tres tipos de
recreaciones: las Time Machine
Series.
La componían en primer lugar las
guitarras NOS (New Old Stock)
pensadas como réplicas idénticas
producidas para parecerse al máximo
a un instrumento acabado de estrenar,
como si hubiera sido fabricado en la
cadena de producción de Fender de la
época.
A continuación estaban las Closet
Classic que intentan imitar a las
guitarras comparadas nuevas y que
han sido utilizadas durante un tiempo
para después guardarlas en su
estuche hasta la actualidad.
¿Cómo de relic te gusta?
Esto de alguna manera solucionó
posteriormente
el
problema
planteado por la “inestabilidad” de
los instrumentos más viejos y además
permitía a los usuarios más comunes
acceder a guitarras o bajos muy
similares a los originales sin tener
que pasar por el riego que implica el
mercado vintage en cuanto a precio y
posibles falsificaciones se refiere.
A J. W. Black, master builder de la
Custom Shop de Fender en aquellos
años se le ocurrió la idea de ofrecer
ese tipo de guitarras “viejas” como
referencias habituales del catálogo de
la marca. Habían nacido las Relics.
se realizaron guitarras nuevas que
parecían y se sentían como añejas.
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