culdbura nº 13 Culdbura 13 | Page 68

Así me nació lenta la literatura, de la mitad del medio del ombligo, como a quien le nació un carúncula o una guerra civil o una aventura. Voy a decir los versos más desesperados esta noche donde habite el sentido, en la orilla de un río sin nombre, guiado de una mujer y su culpa, hendido de un puñal siempre escondido bajo el chal de la aurora, en los vastos dominios de lo escindido, donde los niños claman por los pechos de la noche, es de noche a media tarde, nado en un mar de dudas y tú me escudas, titilas en el cielo como estrella, amamantas la noche como un pecho, crucificas mi alma como un Cristo, me devuelves la vida como a un monstruo, me revuelves la vista y me ciegas, pero no sé qué hacer con tus besos, aunque no sé qué hacer con tus retos, mas me dirás qué hacer con los rezos, sin embargo, qué hacer con los trazos. Desnuda, así te quieren mis manos que te acarician leve, que repasarán toda tu piel, y horadarán tu ombligo, y taparán tu herida, se beberán tu sangre, complaciente amatoria poesía que supura del grano adolescente. Versos que son murmullos en el sol que se desprende en carne de la santa Compaña, son murmullos que amplifico de la piedra de un pueblo olvidado, Como una procesión de versos dichos de boca de los poetas en compaña, poetas de Castilla seca y recia, poetas de un lugar indefinible, poetas en una santa compaña, poetas al sol, poetas nocturnos, poetas de un vaso de güisqui, poetas de las manos de alcanfor, poetas arrulladores que mienten, poetas conspiradores que imitan, todos crucificados en la ausencia.