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pos recientes afirman que no publicó nada desde que regresó del exilio a España, al iniciarse la década de 1940. Lucía era mujer de letras, de organización y de acción. Coetánea de las ahora llamadas sinsombrero 2 , no pertenecía al estatus social de la mayoría de ellas, por lo que no se educó en las tertulias de los clubes, en las aulas universitarias ni en los salones sociales de la bur- guesía. Lo que sí tuvo desde pequeña fue ese «ardor literario insaciable» que le hacía emplear el escaso dinero de que disponía en libros de ocasión en los puestos de la zona de San Ber- nardo, así como aprovechar las oportunidades que se le ofrecieron para profundizar en sus aficiones literarias y artísticas. Nacida en el seno de una familia obrera en el barrio de Las Peñuelas, de Madrid, su madre y su hermano primogénito murieron cuando ella era joven, por lo que quedó al frente del hogar, en el que vivía con su hermana pequeña, Concha, de naturaleza enfermiza, y su padre, empleado en la central telefónica del duque de Alba. Gracias a la Biblioteca Virtual de Prensa Histórica 3 , conocemos una notable parte de su producción periodística y literaria, en especial la que desarrolla en la revista Avante, de Ciudad Rodrigo, entre 1914-1918. La sigue una época ultraísta y creacionista, estudiada esta con profusión 4 , en especial por ser la mujer que más colabora en esta tendencia vanguardista ―la primera poética que se produce en España, entre 1918 y 1925―, al contar con el aval de Cansinos-Assens; revistas como Los Quijotes, Grecia, Ultra, Los Tableros o Reflector son receptoras de sus versos, a veces firmados como Luciano de San Saor. Es fácil que en el Colegio Hijos de Madrid, en el que estudia, recibiera las primeras en- señanzas artísticas, las cuales le servirían en los años de privanza para pintar sobre seda, confeccionar flores y redecillas para el pelo, retocar fotografías o realizar copias de cuadros por encargo. Con 18 años, en marzo de 1913, envía a La Correspondencia de España el texto «Hablan las muchachas», el primero que se conoce hasta ahora de ella; con prosa elegante y tono leído, se ocupa de la educación de la mujer y muestra la discriminación que sufrían las niñas frente a los grupos de niños exploradores que los domingos salían al campo y disfrutaban de las maravillas que este ofrecía. Es un asunto en el que irá profundizando, hasta ser el faro en 1936 de Mujeres Libres, organización que contaba con 20.000 afiliadas. En 1916 entra a trabajar en la compañía madrileña de teléfonos ―Telefónica desde 1924―, sin dejar de lado sus inquietudes culturales, que paulatinamente se convierten en sociales. En 1927 es trasladada a Valencia, en lo que puede tomarse como represalia empre- sarial. Vuelta a Madrid hacia 1930, participa en huelgas, por lo que será despedida pronto, e incluso será detenida en los conflictos que se producen en torno a la conocida huelga de Te- lefónica de junio de 1931. A partir de abril de 1936 se consigue el reingreso de gente repre- saliada; para Sánchez Saornil se hace efectivo en octubre de ese año, y se incorpora en diciembre. Figura en plantilla hasta el 31 de mayo de 1939, en que es suspendida a causa de la depuración. Cuando Lucía viene a Burgos en agosto de 1932, pudiera haber sido para conmemorar el cincuentenario de la formación en la ciudad de sociedades de resistencia obreras anarquis- tas, pues estas se crearon en 1882, con una de sombrereros y las correspondientes de can- teros, albañiles, jalmeros, zapateros y manufactureros, lo que las convierte en las primeras de este cuño habidas en la capital, anteriores a las católicas y socialistas, según puede leerse en el mentado El anarquismo en Burgos. Pero no, ahora, se trata de un mitin de afirmación sindical organizado por la Federación Local de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Tras superar las trabas burocráticas que solían interponer las autoridades al sindicato anarcosindicalista ―en abril de 1932 había sido la primera vez que conseguían un local pú- 2 No obstante, es incluida en el segundo volumen de la obra de Tània Balló, Las sinsombrero (Madrid, Espasa, octubre de 2018), págs. 95-124; y en la segunda parte del documental correspondiente . 3 Base de datos gestionada por el Ministerio de Cultura, que agrupa prensa de variadas hemerotecas españolas http://prensahistorica.mcu.es/es/consulta/busqueda.do 4 Citemos únicamente a Juan Manuel Bonet, Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936 (Madrid, Alianza, 1995), pág. 558.