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Su nombre ya nos envuelve en una atmósfera llena de sensaciones, un juego de pala- bras que introduce el mundo de quien lo compone. Alegría del Prado son una pareja de ar- tistas que impulsados por su pasión por la creación y la pintura unieron su destinos hace ya casi una década. Con orígenes culturales diferentes, Octavio Macías Alegría (Jalisco, Mexico) y Ester González del Prado (Burgos, España) aportan bagajes personales distintos que lejos de su- poner un obstáculo han enriquecido su universo, logrando fusionar sus individualidades para generar un estilo totalmente personal. Fue en el 2010 mientras Ester cursaba un intercambio universitario en la ciudad de Guadalajara en Mexico, el momento en que sus inquietudes por la práctica de la pintura mural hizo posible su encuentro. Compartiendo asignatura en la facultad, se enfrentaron al primer reto de colaborar juntos en la realización de una pieza mural. Todo debió fluir de forma natural porque desde entonces no se han separado y aquello que se suponía un tra- bajo universitario se convirtió en un proyecto conjunto de crecimiento personal y artístico. A lo largo de todos estos años su estilo se ha ido consolidando, fruto de la experimen- tación, la fusión de elementos y del intercambio de roles en los propios procesos, abordando todos los roles ambos por igual desde marcar el muro, abocetar, mezclar color… hasta el punto que es imposible diferenciar la intervención de uno u otro. Ellos encontraron desde el primer momento puntos de unión en sus imaginarios per- sonales y por esta razón para ellos trabajar juntos y evolucionar de la mano ha sido una ex- periencia fácil y enriquecedora. A veces definimos nuestro trabajo como un arte mestizo, porque combina dos estilos, dos nacionalidades, dice Alegría. Su imaginario visual está plagado de elementos naturales y es que es en la naturaleza de donde de se nutren y de donde surge todo lo demás. Su obra es una alegoría continua a