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sonaba, arriba en el cielo, por las ondas de la radio, aquello de que “…Cadún era el jabón de las mujeres bellas” y lo de “…Okal, es el remedio superior”. luego, la emisión de la Ser ata- caba la Sinfonía Azul y todo terminaba con el Himno Nacional. Hoy son otros tiempos. Murió Francisco y han nacido 80 Adolfos pero, cada tarde, sigue España dándose un respiro. ¡Ay! Si todos jugásemos a las cartas, tomásemos café juntos y nos pasáramos el azúcar. ¡Ay! si habiendo café para todos, para todos se repartiera. ¡Ay! si las reglas, como las fotos, se mantuvieran para no tener que repetirlas. ¡Ay!, Si volviera a enseñarse una Historia y no diecisiete. Termina el juego y sale a la plaza el claustro de profesores. El aire lo llena una murga o un aurrescu, una sardana o una rumba, un tanguillo o una jota, una campurriana o un ai- riño, ¿o es un chotis es música que llena la tarde? Decía el Séneca que, en toda España, a eso de las tres, cada tarde y alrededor de las cartas se impartían clases de opinión, de evidencia y de historia hasta para el sordo aquel que no quería oír… Uséase… 2000. J.M.R. Cuarta etapa: 2002-2006 PALENCIA, 2007. EDUARDO CABALLERO (El Norte de Castilla, 26 de agosto) El pintor lo que hace es descontextualizar el Canal para reubicarle en otra dimen- sión. De esta forma, aparecen en sus aguas grandes buques, yates reales, guardacostas, petroleros... Todos ellos en funciones para las que nunca fue creado el Canal, como el comercio de ultramarinos, la construcción de grandes barcos o el tráfico a gran escala.