Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 99

ORIGINALES: Experiencias de Participación 5.-La visibilización de Otr@s, no la creemos vinculada a procesos de “empoderamiento” 6 donde alguien que tiene poder (medicalizado) cede parte del mismo a quién no lo posee (po- blaciones de pacientes). A partir del cuestiona- miento del status de asimetría de la Relación Terapéutica, identificamos las fases evolutivas de apoderamiento que devuelvan la soberanía del cuerpo a las personas mediante un nuevo trato público en el ámbito de la salud. 6.-Como nos ha enseñado la Historia social de otros grupos, colectivos y comunidades opri- midas (mujeres, pueblos ancestrales, niñ@s tra- bajadores, colectivos LGBT, inmigrantes, agru- paciones de DDHH y de personas dañadas por estados de excepción y guerra) se hace impres- cindible una fase de autoafirmación identitaria. 7.- Este es el momento que vivimos: La prima- ria fase de autoafirmación. Las/os “pacientes” empiezan a dejar de ser tales para jugar un papel liberador en todos los ámbitos que hacen a su salud. 8.- Internamente, l@s trabajador@s sanitarios tendremos que iniciar un proceso de autocrítica sobre nuestra praxis constreñida por las lógicas burocráticas biomédicas. Poner entre paréntesis y de-construir nuestro habitus 7 internalizado y ga- nar, junto con nuestro@s pacientes, los espacios y tiempos humanizadores que hagan de la RT la instancia central del diálogo por el nuevo trato. la construcción de la relación terapéutica como una fundada en las Narrativas. La atribución de significados por pacientes junto con levantar la escena clínica, acusar la discrecionalidad diag- nóstica y la realidad impositiva de los regíme- nes terapéuticos, nos hablan de una sabiduría y mundos simbólicos (con más que evidente re- percusión en la “real” realidad) que están a la base de las estrategias de los pacientes por redefinir el conjunto de identidades interrogadas por el acon- tecimiento de enfermar. (Desde la visibilización de los enfermos al acuerdo terapéutico) (8). 2.- Terapeutas y pacientes habitamos- a pesar de nuestra creencia “universalista” 8 - mundos cul- turales, vivenciales, simbólicos y lingüísticos dis- tintos y a veces radicalmente 9 . Poner en escena las narraciones es- además de un ejercicio de de- rechos- una necesidad epistemológica inaplaza- ble: reponer la biografía como fundamento que verifique una RT basada en acuerdos, sin actores mudos ni clausuras operacionales cognitivas. 3.- La auto-percepción de eficacia 10 (10) la derivamos centralmente de los procesos de au- toafirmación identitaria y de simetrización de la RT. No la queremos ni creemos un produc- to pasivo de la deriva personal (creencias y per- cepciones sobre salud y enfermedad) ni de los Determinantes Sociales de la Salud, pues rigidi- zan las alternativas de cambio e intervención que buscan hacer de la RT una praxis social, lugar donde obtienen sentido las narrativas de sus ac- tores. . 4.- La RT ahuyenta este proceso biográfico de construcción de sentido cuando: a) no recibe a la Otredad , toda vez que el terapeuta acapara los turnos del habla (monopolo de la palabra); 2) No ex -pone el rostro (Levinás), la discrecionalidad terapéutica opera como una técnica, que estan- dariza sujetos y tratamientos; c) la” rotativa” de terapeutas en la APS le quita piso a la historicidad EN EL CAMINO HACIA UN NUEVO TRATO: LA CONSTRUCCIÓN BIOGRÁFICA DE PERCEPCIÓN DE EFICACIA EN EL AUTO-CUIDADO 1.- Con Que olvidad@ estaba el Otr@ (ver Anexo) – Intervención etno-médica de trabaja- dor@s sanitarios de Cesfam Bellavista, SSMSO. 2014 a 2016- concebimos la realidad sanitaria y 6  Empoderar se refiere a alguien que por sus propias razones y con sus propios medios y fines, decide dotar a otra persona de algo que quien dota posee y quien es dotado no posee, estableciendo así una relación en donde una parte es activa e independiente y la otra pasiva y dependiente. Esta es frecuentemente la interpretación de empowerment que se hace en los discursos oficiales que perpetúan la relación de dominio sobre la población, cosa contraria a la intención de apoderar en donde el sujeto se dota y recupera lo que es y era suyo en primera instancia (6). 7  Habitus, es un principio estructurado, es decir, un conjunto de aprendizajes que fueron internalizados por el agente y ordenados en la forma de un esquema (schème) organizador de sus prácticas, que es lo que le confiere coherencia a la actividad perceptiva del individuo; y por otra un principio estructurante que se manifiesta en modalidades también coherentes de apropiación del mundo y sus objetos (7). 8  La búsqueda del lenguaje ideal, o simplemente mejor, está condenada al fracaso, ya que tales discusiones no son, de hecho, lin- güísticas, sino políticas. Son acerca de las visiones del mundo preferidas, dejando para siempre a algunas personas afuera. 9  Perfil socioeconómico del estudiante de medicina del primer año de la Universidad de Chile. Año 2009 Conclusión: El perfil presunto de estos futuros egresados no augura una buena identificación con los datos sociodemográficos de la población chilena y, por otra parte, no satisface los propósitos de equidad en la Educación Superior que tendría que reflejar la primera Universidad del Estado, por su misión nacional. (11). 10  Auto-eficacia percibida, se refiere a la creencia que tiene una persona de poseer las capacidades para desempeñar las acciones necesarias que le permitan obtener los resultados deseados. 97 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 95-101