que todo estudiante que ingresa a la Facultad de
Ciencias de la Salud Universidad de las Américas
durante un período académico anual, trabajará
con el mismo grupo social y unidad territorial
durante toda su formación de pregrado, en un
proceso que inicia con el conocimiento mutuo
entre la comunidad y los estudiantes durante el
primer año (fase de familiarización y sensibiliza-
ción) y culmina con el diseño e implementación
de un proyecto social orientado a mejorar la salud
de manera integral (fases de jerarquización, dise-
ño e implementación), comprendida como bien-
estar biopsicosocial desde la definición actual de
la OMS, pasando por un levantamiento diagnós-
tico de las condiciones sociales y las necesidades
detectadas y definidas por las personas que par-
ticipan de esa comunidad (fase de descripción y
levantamiento) (4).
La primera generación estudiantil egresada con
este modelo, lo hace el año 2016, momento en el
cual se realiza la evaluación de proceso de la cual
describiremos las principales conclusiones, defi-
niciones tomadas al respecto y perspectivas futu-
ras de desarrollo del programa de Intervención
Comunitaria.
participación de los actores universitarios clásicos.
De tal modo, el barrio, al carecer de un enfrenta-
miento sistemático que fomente su participación
en las propias situaciones que le afectan, se vuel-
ve más cercano a un escenario de aprendizaje que
a un actor vivo y dinámico que co-labora en el
proceso. Se devela, entonces, la necesidad de que
la agenda del barrio y la comunidad marque los
tiempos, ritmos y objetivos de la intervención. La
Cohesión Social las redes sociales surgen como
los principales desafíos que demandan una reno-
vación epistémica y metodológica del quehacer
en este área (8). Con el diagnóstico anterior, el
programa genera una alianza con la corporación
Cultural Arteduca, quienes desde el 2017 lideran
y asesoran el trabajo territorial realizado en el
programa, desde la perspectiva de las metodolo-
gías participativas y la sociopraxis, realizando un
acompañamiento continuo a las organizaciones
sociales vinculadas, que funciona de forma para-
lela al quehacer pedagógico estudiantil y que faci-
lita procesos de diagnóstico y proyección barrial
desde los mismos miembros de las comunidades.
Luego, en relación al componente pedagógi-
co, el diagnóstico realizado en 2016 mediante
encuestas a estudiantes y docentes y análisis de
Fortalezas y debilidades con distintos actores de la
institución, muestra que existe una alta valoración
de las potencialidades del programa y su sentido
como marcador de sello profesional, entendiendo
que se está ante una importante innovación peda-
gógica que provoca cambios en la manera de vin-
cularse entre los actores: aumentando la cohesión
y la capacidad de trabajar en equipo entre estu-
diantes y estudiantes, entre docentes y estudian-
tes y entre docentes y docentes de la universidad.
Pero también modificando la manera de enfocar
lo disciplinar, siendo capaz de relacionarse mejor
con los futuros usuarios. El trabajo con la comu-
nidad permite que surja y se desarrolle un nuevo
vínculo entre esferas anteriormente separadas, a
través de un conocimiento cotidiano, personal y
práctico (8).
Pero destaca también, tanto en el discurso de
los estudiantes como de los docentes y los directi-
vos, la existencia de brechas metodológicas y con-
ceptuales en la implementación del proceso tanto
en aula como en el trabajo territorial directo. A
nivel del trabajo en aula, los principales desafíos
están en la capa institucional/docente, puesto que
el desarrollo comunitario de la salud, demanda
de un enfrentamiento metodológico desconoci-
do para los profesionales sanitarios que ejercen
como docentes y modelo a seguir, ocurriendo que
EVALUACIÓN Y DESAFÍOS
Durante el año 2016, coincidiendo con el egre-
so de la primera cohorte estudiantil formada con
esta línea curricular en la facultad de Ciencias de
la Salud, UDLA, el Programa de intervención
Comunitaria se somete a un proceso de auto y
hetero evaluación, en el cual se analiza el proceso
llevado a nivel de los componentes pedagógico,
de investigación y territorial, desde instrumentos
cualitativos y cuantitativos en los cuales se levanta
la percepción institucional (estudiantes, directivos,
académicos), se realiza una revisión conceptual y
metodológica, conduciendo a la toma de decisio-
nes para un proceso de mejora del programa y su
implementación.
Las principales conclusiones de este proceso
evaluativo estuvieron orientadas a los componen-
tes territorial y pedagógico, por ser los que hasta
ese momento presentaban mayor desarrollo y vi-
sibilidad. En relación con el componente territo-
rial del programa, se releva que la centralidad del
barrio en la intervención se encontraba con pobre
sostén metodológico al responder a un diseño de
colaboración centrado de manera casi exclusiva
en las acciones estudiantiles, sin un correlato de
acompañamiento paralelo que contribuya al desa-
rrollo de las comunidades en independencia de la
Villagra J.
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