Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 78

Es el caso de Chile, cuyo sistema de atención de salud se declara basado en la estrategia de atención primaria, orientando el quehacer de los equipos de salud en la red asistencial desde el modelo de atención integral de salud. Este modelo, que promueve una forma de gestión con enfoque territorial, organizando los servi- cios en redes y la prestación de atenciones de salud con énfasis en la promoción de la salud y prevención del daño, tiene como ejes de inter- vención a las personas, las familias y la comu- nidad.(1) Para lograr alcanzar el funcionamiento desea- do para el sistema, consolidando la estrategia escogida, se vuelve necesaria también una re- visión de la formación de los profesionales a cargo de implementar las acciones sanitarias, pues se demanda transitar de una perspectiva flexneriana, que tanto rédito supuso a los in- dicadores de morbimortalidad durante todo el siglo 20 (2), hacia una mirada comprensiva que integre la determinación social en su quehacer cotidiano y sea capaz de lidiar con la inequidad, como factor sustantivo en las condiciones de salud de las poblaciones (3). El presente artí- culo, desarrolla la experiencia de la Universidad de Las Américas, Chile, a través del programa de Intervención comunitaria (PIC), actualmen- te en su sexto año de implementación académi- ca a nivel curricular en la facultad de Ciencias de la Salud, en la que se ha buscado sistematizar una formación profesional en las carreras de Kinesiología, Nutrición y Dietética, Enfermería, Fonoaudiología y Terapia Ocupacional, orien- tadas al desarrollo de las competencias que un modelo basado en la atención primaria requie- re, desde una perspectiva basada en el trabajo directo y continuo de los estudiantes durante toda su carrera, con comunidades en sus pro- pios lugares de vida, ligando el aprendizaje a esta territorialidad (4). de efectividad en el abordaje de los emergen- tes epidemiológicos y de eficacia en el gasto público (5), demanda per se un giro procedi- mental tanto de las instituciones sanitarias, que deben reestructurar sus equipos, modificar sus objetivos (complejizándolos) y recrear procedi- mientos; como de los profesionales que se des- empeñan en ellas. Todo esto, a fin de hacerse cargo metodológicamente de las dimensiones familiares, comunitarias y territoriales del com- plejo salud-enfermedad, desde una perspectiva centrada en las personas y fundamentada en la participación social. Respecto de los profesionales sanitarios, esta modificación de estrategia demanda un cam- bio en sus prácticas laborales para el cual, en la mayoría de los casos, la formación universi- taria no les preparó a cabalidad ya que el foco ha estado puesto en otro sitio. Durante el siglo veinte, la primera generación de programas for- mativos para profesionales de salud centró sus esfuerzos en sistematizar los currículums des- de una alta base científica; y con una profunda influencia desde el paradigma de pensamiento cartesiano. Ya para mediados de siglo, una segunda olea- da curricular, nutrió lo anterior de nuevos ai- res, incorporando fuertemente metodologías de aprendizaje en base a problemas de salud. (2) Ambos ciclos, consiguieron el objetivo perse- guido de dotar a los profesionales egresados de estas escuelas formadoras, de las herramientas necesarias para combatir de manera efectiva las demandas epidemiológicas que se les presenta- ban para principios de la centuria, consiguiendo la duplicación de la expectativa de vida de la población al finalizar dicho período (2). Pero estas dos “generaciones” de profesiona- les sanitarios, se ven enfrentadas con el cambio de siglo, a los desafíos que la vida moderna y este aumento de la expectativa de vida conlle- van: el perfil epidemiológico cambió nueva- mente y por tanto los sistemas de salud debie- sen hacer eco ante esta modificación. Es en este punto que aparece la necesidad de una nueva generación de profesionales, con las competen- cias para liderar los procesos y enfoques que el sistema sanitario de esta nueva modernidad requiere. Para el caso del MAIS chileno, se tra- duce entre otras cosas, en la necesidad de pro- fundizar la praxis sobre la enfermedad desde una perspectiva bio-sico-social con habilidades concretas sobre el abordaje de las dimensiones PROFESIONALES PARA EL MODELO DE SALUD CHILENO El estado de Chile, a través del ejercicio de Reforma al sistema de salud el año 2005, optó por seguir la indicación de la OMS de funda- mentar su orgánica en la estrategia de atención primaria de salud, instaurando el modelo de atención integral en salud (MAIS) familiar y co- munitario. Este modelo, que busca entre otras cosas optimizar la atención primaria a nivel Villagra J. 76