Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 7

Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 5 ESPACIO EDITORIAL: Participación Social en Salud Editorial Antonio Infante 1 Sebastián Moller 2 N o resulta fácil hablar de participación social en estos días, en una sociedad en gran medida atomizada, centrada en el logro personal; en una economía en busca de consumidores y en un mercado de salud que busca clientes más que personas. Es por ello que hemos abierto esta invitación a mirar y repensar la participación en salud, partiendo por reconocer la experiencia acumulada en este sector. Es el gobierno de Frei Montalva el que hace de la participación un eje de sus políticas, pro- moviendo las organizaciones de base tanto en el campo como en la ciudad y legislando al respec- to. Hace algunos días se celebraban, por ejem- plo, los 50 años de la ley de juntas de vecinos. La experiencia germinal en salud está relatada en estas páginas por el Dr. Patricio Hevia. Durante la Unidad Popular se profundiza el proceso partici- pativo llevándolo al ámbito de la economía, de la distribución de alimentos y en salud a una mayor horizontalidad en la relación entre organizaciones vecinales y sindicales con la gente de blanco. La Dictadura interrumpe este proceso institu- cional, proscribiendo las organizaciones sociales y prohibiendo cualquier intento de participación social a nivel poblacional. Sin embargo, en la his- toria y en la constitución de la red solidaria que luchó contra la dictadura se puede reconocer la influencia de la historia previa, haciendo posible un encuentro entre pobladores y profesionales en múltiples organizaciones tanto económicas como educacionales y sanitarias. El retorno a la democracia desaprovechó los enormes avances en relaciones de confianza al- canzados entre organizaciones sociales y profe- sionales quienes ahora asumirían funciones direc- tivas en el gobierno. Se prefirió la formalización institucional y consecuente burocratización de esas relaciones. Si bien la participación de hoy mantiene mucho de ese sello, hemos encontrado ciudadanos, profesionales y académicos tratando de darle otra impronta a la participación en salud. Muchos de esos esfuerzos se han realizado desde intereses muy específicos que no han contribuido al levantamiento de nuevas redes, de nuevas prác- ticas asociativas que permitan atisbar una demo- cracia sanitaria. Las razones de la situación actual son diversas: la organización del sector ha separado los proble- mas de la salud pública y determinantes sociales de los del ámbito asistencial y el énfasis en parti- cipación se ha puesto en esta última área. La asi- metría de información que existe en la tarea asis- tencial en salud hace muy difícil un diálogo entre pares, y allí donde se ha logrado, ha sido en torno a temas como la entrega de números para aten- ción o la resolución de listas de espera. El sector salud no tiene hoy y tampoco ha ge- nerado, un espacio donde la población organizada pueda discutir sobre políticas públicas prioritarias para ellos como saneamiento, deporte, alimenta- ción, drogas y otros temas. El problema se com- plica más por la atomización institucional en que ahora los diferentes temas tienen dependencias específicas como el SENAMA en adulto mayor; el SENDA en alcohol y drogas; el SENADIS en discapacidad y, ahora último, la institucionalidad de Infancia. Probablemente la convocatoria ins- titucional que puede intentar conversaciones in- tegrales sobre la realidad de los vecinos es la del Municipio y eso no ha estado en sus prioridades más allá de lo clientelar. En estas páginas no se escribe sólo desde la aca- demia o desde la institucionalidad sanitaria. Los mismos usuarios, o pacientes, también están inter- pelados. En ellos se encuentran las experiencias de vida y asociativas que re-únen aquello que la institu- cionalidad ha fragmentado. Pero son ellos también los que deben afirmar y reclamar el reconocimiento de sus experiencias en el espacio público. Esta es, en fin, una invitación a abrir ese espacio, a dar cabida a nuevas relaciones y cooperaciones entre los distintos actores de la salud para, desde allí, generar la política de participación en salud. 1  Médico Salubrista. Correspondencia a: [email protected] 2  Sociólogo. Doctorante en Ciencias Políticas y Sociales, Universidad católica de Lovaina, Lovaina la Nueva, Bélgica 5