Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 25

ORIGINALES: Historia de la Participación Social en Salud salud. Así que ahora no hay que estarle pidiendo al Municipio porque lo tenemos nosotros, así que eso te digo, son los logros de cuando uno tiene otra mentalidad, y sabe llegar a la gente. Uno nun- ca termina de aprender. En la mañana, justo hoy hubo un dialogo de participación social enfocado a los funcionarios. Un taller. Llegamos solamente 2 del directorio y una socia. Gente nueva, porque los consultorios siempre van rotando. Hay gente que ni la conocía. Se dieron cuenta que sabemos mucho más que ellos. Hay noticias que nosotros sabemos antes que ellos. Yo creo que eso es lo que a uno lo empodera cada día más y trabajar en armonía. Nuestra encargada de participación es un 7, la Lorena que se mueve para todos lados, así que yo creo que dan ganas de seguir trabajando en esto. financiamiento propio, comunicación, moviliza- ción… Uno paga por tener que hacer todas esas funciones ad honorem. Cuando yo nací pude vivenciar el tema de la cooperación entre pares, o sea, en ese tiempo se usaba mucho el tema de la minga y si no había minga no había como diablos funcionar. Con esa consigna fui… mis primeros años de vida marca- do a fuego. Sebastián Moller: espéreme un poco. La min- ga es cuando uno se cambia de casa y todo eso ¿verdad? No, no sólo eso. En el campo, por ejemplo, era usual, porque ahora con el maquinismo todo eso quedó en la historia. Era usual que si uno sem- braba trigo el vecino ayudaba y al otro y así da- ban vueltas. Porque era laboriosa la cuestión, el trigo había que cosecharlo a mano, con una icho- na había que cortarlo, engavillarlo, me entiende. Entonces para eso yo requería a mis vecinos… Sebastián: ¿Dónde era eso? Pedro: Esto fue en la zona de Ñuble, Coelemu. Después de sacar había que sacar el grano, había que trillar. Yo conocía todo el tema de la trilla a yegua… me entiendes, el aventar…era todo un cuento complicado. Bueno, después todo eso se fue poco a poco perdiendo porque llegó la ma- quina trilladora que llamaban de planta. Ahí lo que había que hacer era tomar el trigo, engavillar- lo, llevarlo a la máquina. La máquina hacia todo. Devolvía el trigo limpio en un 95% salía limpio ¡Después llego la automotriz¡ Ya con esa se aca- bó todo porque con esa se entraba al sembradío e inmediatamente se iba sacando. Lo que yo veo es que esta evolución…es parte de una evolución sociológica en este país… y que más encima des- pués, en base a las ideas foráneas que llegaron, se ha llegado a un esquema absolutamente indi- vidualista, o sea, yo diría un ¡individualismo exa- cerbado! Uno lo ve…yo creo que por eso cuesta tanto que la gente se integre, en cuestiones de tipo común… Porque ponte tú, ya yo supongamos el año 1974, yo llegue a la Florida. La Florida era como una cuestión entre urbano y agrícola que es lo que me atrae. Cuando llegamos allá era más agrícola que urbano. Entonces uno llega y dice “bueno hay que pavimentar la calle, hay que faltan luminarias, hay que ver las veredas”…entonces en ese momento yo participaba con la Junta de Vecinos, y logramos todas esas cuestiones…ves Miguel Barrientos: ¿Y en qué sector? Pedro: Por allá en el paradero 16 de Vicuña Mackenna Miguel: Santa Julia PEDRO ARIAS INSUNZA Mi nombre es Pedro Mariano Arias Insunza, ac- tualmente resido en la Comuna de la Florida, des- de el año 1974, si bien es cierto nací en Santiago me moví harto por el territorio de nuestro país y habiendo conocido situaciones que, a esta altu- ra digamos, son anecdóticas entre comillas. Pero, para mí son vivenciales. El tema de la participa- ción me nació desde joven porque estudié en la enseñanza industrial, fui parte del centro de alum- nos. En la universidad también. Cuando entré a trabajar, participé en el sindicato de los profesio- nales universitarios y me mantuve en ese training en el intertanto de la dictadura. Una vez que jubilé yo estaba ejerciendo como presidente del sindica- to de los jóvenes profesionales. Entonces cuando jubilé, me reorienté y me mo- tivó el tema en Salud porque desde siempre yo fui partidario de la Salud Pública. Intentaron, incluso, obligarme a ingresar a la Salud privada, que nació por allá el año 81, y yo me negué automáticamen- te. Cuando yo salí de la función de trabajar como subordinado, ya me tenían poco menos acorrala- do con la salud privada, salí y me metí en la salud pública. Empecé por lo más cercano que era el CESFAM en el cual que estaba inscrito, CESFAM Bellavista de la Florida del cual soy presiden- te del CDU. Fuera de eso, participo en el CDU del Hospital de la Florida, del cual también soy presidente y participo en el Consejo de Usuario del Hospital Sotero del Río y en el COSOC del Servicio de Salud Metropolitano Suroriente y también del COSOC de La Florida. Esas son mis entretenciones y son hartas… no me sobra tiem- po…no tengo tiempo que perder…implica un 23 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 15-28