Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 184

El enigma del Doctor Ignác Semmelweis. Fiebres de parto y gérmenes mortales Sherwin B. Nuland Antoni Bosch editor, Barcelona, 2005(?) L a historia de Semmelweis ha sido suficien- temente visitada y revisada. Pero esta vez, Sherwin Nuland (según Atul Gawande: “quien, junto a Oliver Sacks, es el gran maestro narrador de temas médicos”) emprende un cami- no literario y personal en la búsqueda del autor. La historia que puede ser leída de un golpe, re- compone la historia intelectual y emocional de la ocupación de Semmelweis en la mortalidad de las mujeres posparto. Aunque su esfuerzo original es- taba en trabajar con Jakob Kolletschka, discípulo del afamado Karl von Rokitansky, que la reno- vación de las universidades en 1844 había pues- to como director de Anatomía Patológica en la Universidad de Viena. Eran los tiempos que ya acumulaban las tensiones de las revoluciones eu- ropeas de 1848. Cita el mismo Nuland a Billroth cuestionando el anquilosamiento de la Academia: “[una] generación que había sido educada den- tro de una camisa fuerza intelectual, con anteo- jeras en los ojos y tapones de cera en los oídos. Mientras los jóvenes pegaban brincos a su alre- dedor, los viejos, a cuyos cuerpos se les había im- pedido un desarrollo natural por la eterna carga de la supervisión estatal, sentían que el mundo se tambaleaba bajo sus pies y creían que su fin se acercaba”. Hay que decir que la anatomía patológica de Reseñas Rokitansky no era una mera cuestión estructu- ral, morfológica o de arquitectura, sino también funcional, como bien lo señala Chuaqui en su explicación a la expresión fabrica en el título de Vesalio, de una época mucho menos fisiológica. Lo cierto, es que Semmelweis no fue aceptado y postuló como ayudante de Joseph Skoda, tam- bién con desafortunado resultado. Pero su talento logró desplegarse en el territorio obstétrico, con igual fortuna. Los orígenes transmisibles de la fiebre puer- peral evidentemente no fueron descubiertos por Semmelweis. Mucho antes ya se conocía del con- tagionismo, de los agentes microscópicos y de la medicina como agente de riesgos. Otra prueba contra la no obviedad de la medicina basada en evidencias. Nuland ofrece una interpretación orgánica de la muerte de Semmelweis que hasta ahora no de- seo aceptar. Intento hacer coincidir su genialidad científica con su vida y entender las condiciones de marginalidad y maltrato en que debió afron- tar a las autoridades médicas de su tiempo. Los hechos que Nuland cuenta de alguna manera lo confirman: Semmelweis murió de una golpiza que le dieron en el lugar en que fue internado como enfermo mental. Familia y academias terminaron por sellar su destino. 182