Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 183

RESEÑAS nadie tiene jamás el control. La física, la biología y el azar son los que se imponen en última instancia en nuestras vidas. Pero lo cierto es que tampoco estamos indefensos. El valor es la fortaleza de re- conocer ambas realidades. Tenemos margen para actuar, para dar forma a nuestra historia, aunque con el paso del tiempo, sea dentro de unos límites cada vez más y más estrechos. Hay algunas con- clusiones claras cuando llegamos a concluir lo si- guiente: que nuestro fracaso más cruel en nuestra forma de tratar a los enfermos y a los ancianos es la incapacidad que reconocer que esas personas tienen unas prioridades mas allá de estar fuera de peligro y de vivir más; que la posibilidad de dar forma a nuestra historia es esencial para que nuestra vida siga teniendo sentido; que tenemos la oportunidad de reformar nuestras instituciones, nuestra cultura y nuestras conversaciones en un sentido capaz de transformar los últimos capítu- los de la vida de todos y cada uno de nosotros” Un libro que vuelve a poner a la clínica como un lugar de importantes inquietudes de salud públi- ca. Atreviéndome hasta la posible insolencia con el subtitulado, a preguntarnos por lo que primero importa. Al menos, cuando el libro termina con parte de las cenizas del padre arrojadas al Ganges, sin duda trata de lo primero. La circulación de la sangre. La revolucionaria idea de William Harvey Thomas Wrigth Fondo de Cultura Económica, México, 2016 L a historia de la medicina pertenece viva- mente a la salud pública. Recomiendo un texto del 2007 a quien lo dude (Erwin H. Ackerknecht, Social Medicine, and the History of Medicine por Charles E . Rosenberg). Pero la historia de momentos como el de Harvey, de un giro radical en los saberes, requiere el paso por la epistemología. El trabajo de un historiador profesional al res- pecto es siempre un hálito de ideas nuevas, que enriquecen un hecho científico cuya compren- sión creemos acabada. Y también la presenta- ción de una nueva forma de contar y organizar las ideas. El origen yeoman de Harvey conduce buena parte de las explicaciones del texto: trabajador incansable, organizado, creativo, austero. Ese mismo origen yeoman lo pone en la mira de los cuestionamiento aristocratizantes. Quizás lo más revelador de esta biografía sea situar a Harvey en las antípodas del mecanicismo carte- siano, que paradojalmente tomó sus metáforas para hacerse fuertes. Ese mismo espíritu campesino sea el que lo mantuvo creyente, monárquico en medio de la revolución de Cronwell y que trató de “mierde- ros” a los neotéricos, es decir a los cartesianos de su tiempo. 181 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 179-183