RESEÑAS
nadie tiene jamás el control. La física, la biología y
el azar son los que se imponen en última instancia
en nuestras vidas. Pero lo cierto es que tampoco
estamos indefensos. El valor es la fortaleza de re-
conocer ambas realidades. Tenemos margen para
actuar, para dar forma a nuestra historia, aunque
con el paso del tiempo, sea dentro de unos límites
cada vez más y más estrechos. Hay algunas con-
clusiones claras cuando llegamos a concluir lo si-
guiente: que nuestro fracaso más cruel en nuestra
forma de tratar a los enfermos y a los ancianos es
la incapacidad que reconocer que esas personas
tienen unas prioridades mas allá de estar fuera de
peligro y de vivir más;
que la posibilidad de
dar forma a nuestra historia es esencial para que
nuestra vida siga teniendo sentido; que tenemos
la oportunidad de reformar nuestras instituciones,
nuestra cultura y nuestras conversaciones en un
sentido capaz de transformar los últimos capítu-
los de la vida de todos y cada uno de nosotros”
Un libro que vuelve a poner a la clínica como un
lugar de importantes inquietudes de salud públi-
ca. Atreviéndome hasta la posible insolencia con
el subtitulado, a preguntarnos por lo que primero
importa.
Al menos, cuando el libro termina con parte de
las cenizas del padre arrojadas al Ganges, sin duda
trata de lo primero.
La circulación de la sangre. La
revolucionaria idea de William Harvey
Thomas Wrigth
Fondo de Cultura Económica,
México, 2016
L
a historia de la medicina pertenece viva-
mente a la salud pública. Recomiendo un
texto del 2007 a quien lo dude (Erwin H.
Ackerknecht, Social Medicine, and the History
of Medicine por Charles E . Rosenberg). Pero la
historia de momentos como el de Harvey, de un
giro radical en los saberes, requiere el paso por
la epistemología.
El trabajo de un historiador profesional al res-
pecto es siempre un hálito de ideas nuevas, que
enriquecen un hecho científico cuya compren-
sión creemos acabada. Y también la presenta-
ción de una nueva forma de contar y organizar
las ideas.
El origen yeoman de Harvey conduce buena
parte de las explicaciones del texto: trabajador
incansable, organizado, creativo, austero.
Ese mismo origen yeoman lo pone en la mira
de los cuestionamiento aristocratizantes. Quizás
lo más revelador de esta biografía sea situar a
Harvey en las antípodas del mecanicismo carte-
siano, que paradojalmente tomó sus metáforas
para hacerse fuertes.
Ese mismo espíritu campesino sea el que lo
mantuvo creyente, monárquico en medio de la
revolución de Cronwell y que trató de “mierde-
ros” a los neotéricos, es decir a los cartesianos
de su tiempo.
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Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 179-183