diferentes, sin necesidad de justificar sus hipóte-
sis. Lo anterior, ha hecho que el modelo BPS no
sea practicable, ni mucho menos sistematizable ni
enseñable con rigurosidad metodológica.
El éxito del reduccionismo no ha liberado a los
sistemas de salud de una alta demanda asistencial.
Lo anterior, porque las enfermedades infectocon-
tagiosas han sido reemplazadas por enfermedades
psicosomáticas, mentales y cardiovasculares, cuyo
origen es multicausal, lo que pone en aprietos al
reduccionismo biomédico. El reduccionismo no
es la respuesta única y final a los problemas de la
medicina. Existen aproximaciones novedosas que
no deben ser descartadas de plano.
lo pronto, considero que abrazar la experiencia
humana de la dolencia con genuina curiosidad y
preparación, es el camino para romper con par-
te del reduccionismo irreflexivo. Es fundamental,
para considerar una visión inclusionista de desa-
rrollo para la medicina actual, el iniciar programas
de investigación que busquen los correlatos expe-
rienciales entre la dolencia y la enfermedad.
Considero importante, también, avanzar en el
camino recorrido por la TGS hacia sus formas
más contemporáneas, para ir a buscar preguntas
y nuevas respuestas. Este camino implica avanzar
desde la primera cibernética, donde se gestaron
las ideas recogidas por Engel, hacia la cibernética
de segundo orden, donde cobra especial relevan-
cia la posición del observador. Las respuestas que
pueden surgir desde ahí, así como el giro episte-
mológico que produjo la reflexión sobre los siste-
mas observantes, pueden ir a paliar las falencias
del actual modelo BPS. Este camino tiene el pre-
cio de remover los cimientos del modelo BPS y de
la medicina familiar, labor que produce incomodi-
dad en algunos de mis colegas, pero que sin duda
vale la pena recorrer.
Por último, si nosotros entrásemos al vortex
espacio tiempo y viajásemos al año 2068, una hu-
milde sugerencia es que, antes de aseverar el éxito
o el fracaso de nuestros esquemas de pensamien-
to, preguntémonos… ¿Cuáles son los tangibles y
los intangibles de esta nueva época? ¿Han sido su-
perados o profundizados los dogmas de la época
en que he vivido?
REFLEXIONES FINALES. ENTREMOS
AL VORTEX ESPACIO-TIEMPO.
El modelo BPS deja un legado positivo para el
operar de los clínicos, pero también deja críticas
bien fundadas, de las que debemos hacernos car-
go. ¿El modelo BPS es efectivamente un método
de superación del reduccionismo biomédico o es
simplemente una consigna que tiene tantos signi-
ficados posibles (polisemia) que es imposible de
practicar?
El primer desafío será definir reflexivamente
nuestra postura. Podemos sumarnos a la visión
exclusionista de Szasz y considerar que los ele-
mentos psicosociales deben ser vistos por otro
tipo de profesional o por una disciplina médica en
específico. Podemos, también, adherir firmemen-
te a la biomedicina y considerar, como Ludwig,
que el camino recorrido por el reduccionismo
merece ser profundizado. Una tercera opción es
abrazar ciegamente al modelo BPS, y considerarlo
un bastión político para la medicina familiar y la
atención primaria, pero sin profundizar académi-
camente en sus premisas ni en su práctica.
Considero que la Medicina Familiar avanza en
la última dirección propuesta. Siguiendo este ca-
mino podremos recoger algunos frutos, pero se-
guiremos recogiendo dolorosas decepciones por
parte de los estudiantes interesados en nuestra
disciplina. La percepción de los estudiantes, de
que el modelo BPS pierde sustancia en la práctica
clínica cotidiana, tiene sustento si consideramos el
eclecticismo y el inclusionismo desmesurado del
modelo, así como su aplicación no rigurosa como
un término polisémico. A partir de estas críticas,
la Medicina Familiar debe tomar una posición
responsable.
No dispongo del espacio necesario para formu-
lar detalladamente mis propuestas de avance. Por
Becerra C.
AGRADECIMIENTOS
Las ideas plasmadas en este artículo han surgido en
diálogos y reflexiones en un espacio académico informal
de residentes de Medicina Familiar llamado “Circulo de
Estudios de Medicina Familiar y Comunitaria”. Este úl-
timo, ha surgido como un espacio de reflexión y aproxima-
ción teórica-científica de la Medicina Familiar.
REFERENCIAS
1. Borrell-Carrio F. The Biopsychosocial
Model 25 Years Later: Principles, Practice, and
Scientific Inquiry. The Annals of Family Medicine.
2004;2(6): 576–582.
2. Drack M., Apfalter, W., & Pouvreau, D.
On the making of a system theory of life: Paul
A Weiss and Ludwig von Bertalanffy’s conceptual
connection. The Quarterly Review of Biology.
2007;82(4):349–373.
3. Engel G.
The need for a new
176