Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 146

performed and the final results were triangulated and embedded. Results. The highest participation in the three stages was from women, health workers, users of the public health system and in the 20-44 age bracket. Primary care is recognized as the guiding axis of the health system, vigilant of equity and social justice, with emphasis on promotion and prevention, assessing timely access, comprehensi- ve care and delivery of medicines. However, the gaps to be corrected refer to the continuity of care, integrality, the strengthening of prevention, promotion and social participation, the promo- tion of respect as a fundamental value and the need to move towards constitutional changes that guarantee health as a right, beyond access. Conclusions. The social value of primary care attributed by individuals and civil society is high and positive; however, the opportunities for im- provement detected will favor the guidance of public policies to strengthen primary care. Keywords: participation, social value, primary healthcare necesariamente los objetivos que buscaba hacia el año 2000, aquellas resistencias fueron disipándose conforme fue aumentando el valor de la atención primaria. Con el paso del tiempo, la atención primaria ha ido ganando adhesión y relevancia crucial como elemento transformador del desarrollo de la salud pública en los países (1). Por ejemplo, los estu- dios desarrollados por Bárbara Starfield (3–6) han arrojado evidencia de que la atención primaria tiene una serie de atributos que permiten afirmar que su fortalecimiento contribuye a mejorar la sa- lud poblacional de todo país. En ese sentido, la atención primaria, al facilitar la accesibilidad y el primer contacto, disminuye las probabilidades de agravamiento de la salud de las personas; está a cargo de los cuidados de una población específica y se responsabiliza por ellas; cuenta con mejores oportunidades para garantizar continuidad de cui- dados; cuenta con ventajas comparativas para rea- lizar selección de pacientes que requieren o no re- quieren atención especializada, lo que aumenta la costo-efectividad del sistema de salud en su con- junto; y, por último, logra un buen uso de pruebas diagnósticas (4). Asimismo, la atención primaria facilita el tratamiento de enfermedades crónicas, puesto que tiene mayor cercanía con las personas, las familias y las comunidades, gracias al modelo de atención que impregna las actividades que de- sarrolla (7); mejora la satisfacción de las personas; disminuye las hospitalizaciones evitables por cui- dados sensibles a la atención primaria; tiene como rol primordial la prevención y la promoción y, con ello, la reducción de los costos asociados al em- peoramiento de la salud de las personas (5). Con todo ello, la atención primaria es reconoci- da como una estrategia que logra ir más allá de la costo-efectividad anhelada en el diseño e imple- mentación de políticas públicas. Es más bien una estrategia que logra concretar valores como equi- dad, justicia social, universalidad, centrado en las personas, protección comunitaria, participación, acciones basadas en evidencia, responsabilidad personal, autodeterminación e independencia (8) que representan, a su vez, valores que la sociedad, en su conjunto, busca obtener de los sistemas de salud. De ese modo, hoy en día es posible hablar del valor social de la atención primaria. Existen dife- rentes definiciones de valor social que, desde sus diferentes puntos de vista, apuntan a un espacio común: la valorización que la sociedad otorga a algo. Por ejemplo, desde la economía, se entiende valor social como la utilidad que los individuos INTRODUCCIÓN El año 2018 se cumplen cuarenta años de la Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud efectuada en 1978 en la cui- dad de Alma Ata, correspondiente a la ex Unión Soviética. En dicha ocasión, se elaboró una de- claración que destacaba una serie de valores cen- tinelas y principios para el desarrollo de sistemas sanitarios que se hicieran cargo de la acción de los determinantes sociales de la salud (1), median- te el ejercicio fundamental del rol de la atención primaria en los sistemas de salud y en los estados para alcanzar mejores niveles de salud a nivel po- blacional. Junto a lo anterior, hacía un llamado a la acción a los gobiernos, trabajadores de salud, autoridades y comunidad internacional para pro- mover sistemas de salud basados en atención pri- maria y promover así la equidad y justicia en la asistencia sanitaria (2). Cuando se conmemoraron los treinta años de la Conferencia, la Dra. Margaret Chan, a cargo de la Organización Mundial de Salud, recordaba la resistencia por parte de la comunidad médica en torno a esta declaración. La comunidad mé- dica indicaba que era utópica, que confundía los niveles de atención y complejidad, que parecía una alternativa económica para los pobres (“cui- dados pobres para personas pobres”), entre otros (1). Y, a pesar de que la declaración no alcanzó Eguiguren P., et al. 144