performed and the final results were triangulated
and embedded.
Results. The highest participation in the three
stages was from women, health workers, users
of the public health system and in the 20-44 age
bracket. Primary care is recognized as the guiding
axis of the health system, vigilant of equity and
social justice, with emphasis on promotion and
prevention, assessing timely access, comprehensi-
ve care and delivery of medicines. However, the
gaps to be corrected refer to the continuity of
care, integrality, the strengthening of prevention,
promotion and social participation, the promo-
tion of respect as a fundamental value and the
need to move towards constitutional changes that
guarantee health as a right, beyond access.
Conclusions. The social value of primary care
attributed by individuals and civil society is high
and positive; however, the opportunities for im-
provement detected will favor the guidance of
public policies to strengthen primary care.
Keywords: participation, social value, primary
healthcare
necesariamente los objetivos que buscaba hacia el
año 2000, aquellas resistencias fueron disipándose
conforme fue aumentando el valor de la atención
primaria.
Con el paso del tiempo, la atención primaria ha
ido ganando adhesión y relevancia crucial como
elemento transformador del desarrollo de la salud
pública en los países (1). Por ejemplo, los estu-
dios desarrollados por Bárbara Starfield (3–6) han
arrojado evidencia de que la atención primaria
tiene una serie de atributos que permiten afirmar
que su fortalecimiento contribuye a mejorar la sa-
lud poblacional de todo país. En ese sentido, la
atención primaria, al facilitar la accesibilidad y el
primer contacto, disminuye las probabilidades de
agravamiento de la salud de las personas; está a
cargo de los cuidados de una población específica
y se responsabiliza por ellas; cuenta con mejores
oportunidades para garantizar continuidad de cui-
dados; cuenta con ventajas comparativas para rea-
lizar selección de pacientes que requieren o no re-
quieren atención especializada, lo que aumenta la
costo-efectividad del sistema de salud en su con-
junto; y, por último, logra un buen uso de pruebas
diagnósticas (4). Asimismo, la atención primaria
facilita el tratamiento de enfermedades crónicas,
puesto que tiene mayor cercanía con las personas,
las familias y las comunidades, gracias al modelo
de atención que impregna las actividades que de-
sarrolla (7); mejora la satisfacción de las personas;
disminuye las hospitalizaciones evitables por cui-
dados sensibles a la atención primaria; tiene como
rol primordial la prevención y la promoción y, con
ello, la reducción de los costos asociados al em-
peoramiento de la salud de las personas (5).
Con todo ello, la atención primaria es reconoci-
da como una estrategia que logra ir más allá de la
costo-efectividad anhelada en el diseño e imple-
mentación de políticas públicas. Es más bien una
estrategia que logra concretar valores como equi-
dad, justicia social, universalidad, centrado en las
personas, protección comunitaria, participación,
acciones basadas en evidencia, responsabilidad
personal, autodeterminación e independencia (8)
que representan, a su vez, valores que la sociedad,
en su conjunto, busca obtener de los sistemas de
salud.
De ese modo, hoy en día es posible hablar del
valor social de la atención primaria. Existen dife-
rentes definiciones de valor social que, desde sus
diferentes puntos de vista, apuntan a un espacio
común: la valorización que la sociedad otorga a
algo. Por ejemplo, desde la economía, se entiende
valor social como la utilidad que los individuos
INTRODUCCIÓN
El año 2018 se cumplen cuarenta años de
la Conferencia Internacional sobre Atención
Primaria de Salud efectuada en 1978 en la cui-
dad de Alma Ata, correspondiente a la ex Unión
Soviética. En dicha ocasión, se elaboró una de-
claración que destacaba una serie de valores cen-
tinelas y principios para el desarrollo de sistemas
sanitarios que se hicieran cargo de la acción de
los determinantes sociales de la salud (1), median-
te el ejercicio fundamental del rol de la atención
primaria en los sistemas de salud y en los estados
para alcanzar mejores niveles de salud a nivel po-
blacional. Junto a lo anterior, hacía un llamado a
la acción a los gobiernos, trabajadores de salud,
autoridades y comunidad internacional para pro-
mover sistemas de salud basados en atención pri-
maria y promover así la equidad y justicia en la
asistencia sanitaria (2).
Cuando se conmemoraron los treinta años de
la Conferencia, la Dra. Margaret Chan, a cargo
de la Organización Mundial de Salud, recordaba
la resistencia por parte de la comunidad médica
en torno a esta declaración. La comunidad mé-
dica indicaba que era utópica, que confundía los
niveles de atención y complejidad, que parecía
una alternativa económica para los pobres (“cui-
dados pobres para personas pobres”), entre otros
(1). Y, a pesar de que la declaración no alcanzó
Eguiguren P., et al.
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