de pacientes a propósito de VIH y por cierto de
enfermedades raras y la Ley Ricarte Soto para el
caso chileno– señalan con agudeza cómo todo un
cuerpo de análisis sociológico de raigambre mar-
xista ha quedado fuera de foco.
de mano de nuestros padres independentistas
-fueron propias de la modernidad europea. Las
estructuras que daban identidad a los pueblos, que
institucionalizaban su sedentarismo, están agota-
das. Varias migraciones se encuentran en curso
a lo largo de las fronteras. Inmigrantes desde un
afuera, pero también inmigrantes desde este mis-
mo dentro.
Comprender el presente como Antropoceno
obliga a una doble operación. Una sociología de
lo biológico (ecologías como asociatividad, la vida
como asociatividad) y una reflexividad epistemo-
lógica de nuestros saberes. No hay conocimiento
de objetos independientes del observador. No hay
puntos de vista universales. Todo saber es situado.
Algo de esto lo venimos sabiendo de los estu-
dios poscoloniales, pero también de los trabajos
feministas.
2. Antropoceno
Hablar de la actualidad en tiempos de Alma-Ata
era hablar de un orden fundamentalmente econó-
mico. Desde principios del siglo XXI la expresión
Antropoceno (3) cobra fuerza para referirse a
nuestro presente, con una connotación ni social ni
económica, sino geológica o quizás bio-geológica.
Antropoceno tiene respecto del presente una
connotación de urgencia. Buscando ser una expre-
sión más amplia que cambio climático (la IPCC es
de 1988) o calentamiento global, pone junto a las
cifras de CO 2 que han superado las 400 ppm en
la atmósfera y sus consecuencias sobre aire, mar,
los tóxicos diseminados por doquier, la reducción
de las aguas disponibles, la carga de fósforo y ni-
trógeno, también la extinción de ecosistemas y
especies como un grave signo de la inviabilidad
de nuestra cultura. Pone en la mira y el rol de los
modos de pensar y vivir, lo que podríamos llamar
el agotamiento de la modernidad europea-sajona.
Para entrar en el Antropoceno convendría bus-
car algunas huellas intelectuales de lo que podría-
mos llamar pensamiento post 78. En 1980 apare-
ce Mil Mesetas (4), una obra de filosofía mayor,
escrita por dos pensadores franceses, que buscan
desmontar la dialéctica como razonamiento y las
consecuentes máquinas de guerra de occidente,
en evidente deuda con Lewis Mumford y su com-
prensión de la máquina (13). Donna Haraway re-
compone el feminismo con su Manifiesto Cyborg
(10), del año 1985, mostrando con fuerza el ca-
rácter híbrido de los seres vivos y la unión de la
naturo-culturas, que se organizan mas allá de la
dicotomía social/natural. Latour en el mismo sen-
tido, desnuda a los modernos en su Nunca fuimos
modernos en 1991 (11). Y Viveiros de Castro ,
reivindica el pensamiento indio poniéndolo a la
altura de otros perspectivismos de occidentes (2),
rastreando la productividad filósofica del pensa-
miento de los indios amazónicos en su Metafísicas
caníbales de 2009 (17).
Cuatro textos que permiten mirar el presente
con una mirada fresca. Introducciones a nuevas
miradas para comprender algo de lo que insinúa
Antropoceno.
Una acercamiento geológico al presente ayuda-
ría también a reconocer cómo las organizaciones
de los estados naciones –incluyendo las nuestras
Carvajal Y.
3. Archea
En 1977 se publicó un artículo que proponía
un clasificación aún más básica de los seres vivos
que los tres o cinco reinos tradicionales, que con-
sideraba las archeabacteria (19) como un subdo-
minio. Un ordenamiento que rompía la dicotomía
procariontes/eucariontes.
En 1990 Carl Woese uno de los autores del tra-
bajo del 77 daba un paso más radical y separa-
ba a lasarchea de las bacterias, generando así tres
grandes dominios, al poner como tercero a los
eucariontes (18). Extraña resonancia del nombre
con el filósofo Michel Foucault que en su cam-
po intentó buscar también orígenes: arqueología
de la mirada (5), de las ciencias humanas (7) , del
silencio («je n ai pas voulu faire l’ histoire de ce
langage; plutôt l archéologie de ce silence» (8), del
saber (6). Terciar en el mundo de lo vivo, en que
una escisión radical había separado lo vivo en dos
órdenes a partir de la presencia o no de núcleos,
generando un linaje básico y una normatividad de
la biología.
La versión de Woese propone un debate sobre
cuestiones centrales de la biología que bien me-
recen llamarse filosóficas: el rol de la simbiosis
por ejemplo. Una cuestión no ajena a una épo-
ca de oposiciones dialécticas, de dicotomías y
exclusiones, un tiempo de guerras. Archea hace
de los tres dominios mundos contemporáneos,
no secuenciales. No hay una senda de creciente
complejidad, ni progreso lineal. Así como Lévi-
Strauss en El Pensamiento Salvaje, reconocía en el
pensamiento de los llamados primitivos, un pen-
samiento contemporáneo, distinto, pero racional,
las Archeas no son fósiles vivientes de un pasado
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