Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 131

CRÓNICAS: Participación Social en Salud eran mujeres y solo un 13% hombres. Finalmente los socios y socias eligieron la directi- va del consejo de usuarios para un periodo proviso- rio, con el fin de construir los propios estatutos de la organización, programar las actividades del año que incluía la primera cuenta pública participativa y prepararse para elegir un directorio definitivo que los acompañará para los próximos tres años. Un dato de ese momento y que es menester destacar por los mismos representantes del consejo, fue que para el momento de la elección, solo se habían pos- tulado cuatro candidatas a la directiva, ante lo cual la totalidad de las mujeres plantearon en dicha jor- nada que también debían postularse candidatos a la directiva para que dicho directorio fuera equitativo en materia de género, ante ello y las insistencias de las mujeres, dos hombres se dispusieron también a ser candidatos. Efectuada la elección y el escrutinio de votos, las más altas mayorías quedaron en manos del presidente y secretario y solo la tercera mayoría representada por una mujer en el cargo de tesorera, a pesar que el padrón electoral estaba representado en su mayoría por socias. Lo anterior, siempre ha sido comentado por los socios y socias respecto del proceso de elección del consejo de usuarios. Como punto destacable es que el presidente elegido de la organización y con la más alta mayoría, pertenece a la comunidad indígena del territorio, reconociendo con ello a nuestros pueblos originarios. Hoy en día, el consejo de usuarios del CRS Hospital Provincia Cordillera, se mantiene de for- ma activa con la participación de su directiva y re- presentantes, ello permitido por una de las cláusu- las de sus estatutos, que indica que si una persona no asiste a mas tres reuniones consecutivas y no justifica en ninguna de ellas su inasistencia, queda en calidad de suspendido y luego mediante aproba- ción de asamblea cancelado, si no justifica sus ina- sistencias. Ello ha llevado a una participación cons- tante de los socios y socias del consejo de usuarios y para el caso de las primeras cuatro personas que dejaron de participar, por una, u otra razón per- sonal, fueron suspendidas y luego canceladas bajo el procedimiento de los estatutos aprobados por la organización. A la fecha y bajo esta modalidad, estos cuatro cupos fueron renovados por otras per- sonas de organizaciones del territorio. A modo de conclusión, podemos señalar que la constitución de un consejo de usuarios, implica bastante trabajo de terreno al inicio de un proceso, ya que lo primero que se tiene que generar son las relaciones de confianza con las organizaciones e instituciones de un territorio. Ese trabajo contan- te puede llevar meses como fue en nuestro caso, pero a la larga permite obtener sus frutos con la inscripción de socios y socias para un CDU, como también en lo variado que puede llegar a ser en materia de diversidad de organizaciones represen- tadas. Ello lo demuestra al tener organizaciones que van desde las juntas de vecinos, pasando por grupos de adulto mayor hasta grupos culturales y comunidades indígenas que quisieron participar y aportar al consejo, sin perjuicio de que las dos primeras organizaciones por su mayor vinculación con el territorio y por el tiempo que brindan a sus comunidades, son las más llanas a sumarse a este tipo de organizaciones. Destacable también es, la incorporación de miembros jóvenes al consejo, ya que eso permite vigorizar con nuevas propuestas que retroalimenten la organización, junto a la expe- riencia que aportan los adultos mayores. Respecto al género, podemos comentar que hay mayor disposición de las mujeres para participar en organizaciones sociales y territoriales como lo es en un CDU, ya que probablemente ellas están más preocupadas de buscar soluciones a los problemas sociales en los espacios locales y son ellas las que se acercan mayoritariamente a la institucionalidad para resolver los problemas que les afectan a ellas y a sus familias en los ámbitos de salud, educación y vivienda. A la hora de elegir la directiva tam- bién se mantiene esa diferencia de género, ya que se constata la baja presencia de mujeres en cargos directivos y/o de toma de decisiones, lo que cons- tituye una primera barrera de género al momento de definir políticas públicas y sociales con una mi- rada efectivamente inclusiva para la comunidad que representan. Por último, la participación se mantiene activa si contantemente las personas y organizaciones se están reuniendo, que en el caso de nuestro consejo se refuerza con una medida draconiana en sus estatutos, respecto a presentar tres ina- sistencias no justificadas, sin embargo, a la larga ha permitido mantener la participación activa y contante y cuando así no ha sido, se oxigena con la incorporación de nuevos socios y socias por unos estatutos flexibles que responden a una or- ganización proclive a la participación real y am- parada en la ley 20.500. 129 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 127-129