CRÓNICAS:
Participación Social en Salud
eran mujeres y solo un 13% hombres.
Finalmente los socios y socias eligieron la directi-
va del consejo de usuarios para un periodo proviso-
rio, con el fin de construir los propios estatutos de
la organización, programar las actividades del año
que incluía la primera cuenta pública participativa y
prepararse para elegir un directorio definitivo que
los acompañará para los próximos tres años. Un
dato de ese momento y que es menester destacar
por los mismos representantes del consejo, fue que
para el momento de la elección, solo se habían pos-
tulado cuatro candidatas a la directiva, ante lo cual
la totalidad de las mujeres plantearon en dicha jor-
nada que también debían postularse candidatos a la
directiva para que dicho directorio fuera equitativo
en materia de género, ante ello y las insistencias de
las mujeres, dos hombres se dispusieron también a
ser candidatos. Efectuada la elección y el escrutinio
de votos, las más altas mayorías quedaron en manos
del presidente y secretario y solo la tercera mayoría
representada por una mujer en el cargo de tesorera,
a pesar que el padrón electoral estaba representado
en su mayoría por socias. Lo anterior, siempre ha
sido comentado por los socios y socias respecto del
proceso de elección del consejo de usuarios. Como
punto destacable es que el presidente elegido de la
organización y con la más alta mayoría, pertenece a
la comunidad indígena del territorio, reconociendo
con ello a nuestros pueblos originarios.
Hoy en día, el consejo de usuarios del CRS
Hospital Provincia Cordillera, se mantiene de for-
ma activa con la participación de su directiva y re-
presentantes, ello permitido por una de las cláusu-
las de sus estatutos, que indica que si una persona
no asiste a mas tres reuniones consecutivas y no
justifica en ninguna de ellas su inasistencia, queda
en calidad de suspendido y luego mediante aproba-
ción de asamblea cancelado, si no justifica sus ina-
sistencias. Ello ha llevado a una participación cons-
tante de los socios y socias del consejo de usuarios
y para el caso de las primeras cuatro personas que
dejaron de participar, por una, u otra razón per-
sonal, fueron suspendidas y luego canceladas bajo
el procedimiento de los estatutos aprobados por
la organización. A la fecha y bajo esta modalidad,
estos cuatro cupos fueron renovados por otras per-
sonas de organizaciones del territorio.
A modo de conclusión, podemos señalar que
la constitución de un consejo de usuarios, implica
bastante trabajo de terreno al inicio de un proceso,
ya que lo primero que se tiene que generar son las
relaciones de confianza con las organizaciones e
instituciones de un territorio. Ese trabajo contan-
te puede llevar meses como fue en nuestro caso,
pero a la larga permite obtener sus frutos con la
inscripción de socios y socias para un CDU, como
también en lo variado que puede llegar a ser en
materia de diversidad de organizaciones represen-
tadas. Ello lo demuestra al tener organizaciones
que van desde las juntas de vecinos, pasando por
grupos de adulto mayor hasta grupos culturales
y comunidades indígenas que quisieron participar
y aportar al consejo, sin perjuicio de que las dos
primeras organizaciones por su mayor vinculación
con el territorio y por el tiempo que brindan a sus
comunidades, son las más llanas a sumarse a este
tipo de organizaciones. Destacable también es, la
incorporación de miembros jóvenes al consejo, ya
que eso permite vigorizar con nuevas propuestas
que retroalimenten la organización, junto a la expe-
riencia que aportan los adultos mayores.
Respecto al género, podemos comentar que hay
mayor disposición de las mujeres para participar en
organizaciones sociales y territoriales como lo es
en un CDU, ya que probablemente ellas están más
preocupadas de buscar soluciones a los problemas
sociales en los espacios locales y son ellas las que
se acercan mayoritariamente a la institucionalidad
para resolver los problemas que les afectan a ellas
y a sus familias en los ámbitos de salud, educación
y vivienda. A la hora de elegir la directiva tam-
bién se mantiene esa diferencia de género, ya que
se constata la baja presencia de mujeres en cargos
directivos y/o de toma de decisiones, lo que cons-
tituye una primera barrera de género al momento
de definir políticas públicas y sociales con una mi-
rada efectivamente inclusiva para la comunidad que
representan.
Por último, la participación se mantiene activa
si contantemente las personas y organizaciones
se están reuniendo, que en el caso de nuestro
consejo se refuerza con una medida draconiana
en sus estatutos, respecto a presentar tres ina-
sistencias no justificadas, sin embargo, a la larga
ha permitido mantener la participación activa y
contante y cuando así no ha sido, se oxigena con
la incorporación de nuevos socios y socias por
unos estatutos flexibles que responden a una or-
ganización proclive a la participación real y am-
parada en la ley 20.500.
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Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 127-129