Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°3 | Page 127

CARTAS AL EDITOR: Participación Social en Salud nos incita a considerar temas relacionados tanto con la Participación Social como con el Modelo de Salud Familiar, ambos como ejes transversa- les. Son pocos los que van en esta senda, quizás podría explicarse que para los gestores, puede re- sultar menos complejo trabajar desde lo biomédi- co, manteniendo relaciones verticales, muchas de ellas cargadas en el manejo del poder, que abrir camino a escenarios más democrático o al menos inclusivos, donde se reconozca el conocimiento natural de las personas que habitan el territorio, de sus códigos, de su cultura, su lucha e historia, que las personas de la comunidad puedan com- prender y entender que su participación es un de- recho tanto a la información, como a la toma de decisiones de su propio estado de salud. Y que a su vez los actores comunitarios no lo vean como una explotación de la institución, porque son vo- luntarios, porque no son remunerados o porque muchas veces no respondemos a sus ideales de in- mediatez o estado subsidiario. Que la comunidad lo vea como una oportunidad de decidir, mien- tras más empoderados estén más se les tomará en cuenta; es impresionante como algunos dirigentes se manejan en temas de salud, como impulsan ideas o trabajo colaborativos en los centros de salud. Muchas de las construcciones (CESFAM) son respuesta a las demandas y exigencias que la propia ciudadanía ha hecho, se sienten dueños de estos espacios, porque existe un sentido de perte- nencia cultural, social no solo con la construcción, sino con la demanda que ellos mismos levantaron y con su territorio. Desde la experiencia esto ha resultado poco alentador, ya que en general se percibe poca mo- vilidad desde los equipos de salud como de la propia comunidad. Se generan instancias partici- pativas, pero no se logra la vinculación ni se con- sidera la carga cultural que portan los usuarios, se sigue trabajando en distintas esferas, aun cuando se colabora mucho para instancias participativas. Lo que no se genera desde la comunidad es el in- volucramiento de querer ser parte en la toma de decisiones. Y de parte de los equipos de salud las acciones vinculantes muchas veces están ligadas al cumplimiento de metas o exigencias que se establecen desde los lineamientos ministeriales, pero no porque existe un reconocimiento de los usuarios y de su comunidad: no se consideran que estos pueden ser un aporte fundamental al desa- rrollo del Modelo con enfoque comunitario, salvo los centros de salud emblemáticos que ya fueron señalados y que mantienen vigente esta estructura organizacional. Para concluir quisiera detenerme y me encan- taría poder plasmar una serie de discusiones y re- flexiones que surgen en los ideales de sentir que aún queda tanto por hacer. Que los procesos nos demandarán mucho tiempo más para ver impacto en la comunidad como en los equipos de salud. De aterrizar ciertas ideas en estrategias para gene- rar articulación y acciones reales que se plasmen en voluntades políticas, en sentido de pertenencia, en reconocimiento de los sujetos sociales porta- dores de códigos culturales y experiencia, en re- laciones más horizontales, en las Redes Integrales de Salud, y podría continuar describiendo muchas más, pero solo quiero detenerme a pensar que todo lo descrito, incluso los factores que dificultan el desarrollo del Modelo de Salud Familiar, son oportunidades de mejora para la comunidad, que si logramos dejar de mirar desde la fragmentación y logramos mirar desde lo colectivo, podríamos pensar que es coherente instalar el Modelo de Salud Familiar y Comunitario con Participación Social. REFERENCIAS 1. Segovia I., Muñoz R. El Modelo de Atención de Salud Familiar. Atención Primaria; Modelo de Salud; Participación Comunitaria e intersectorialidad. Módulo 1. En: Diplomado Gestión en Centros de Salud Familiar. 2. Borrell i Carrió F. “El modelo biop- sicosocial en evolución” Med Clin (Barc) 2002;119(5):175-9 3. Hidalgo C., Carrasco, E. Salud Familiar: “Un Modelo de Atención Integral en la Atención Primaria” Santiago: Universidad Católica;1999 125 Cuad Méd Soc (Chile) 2018, 58 (3): 123-125