de actores conocidos en la escena clínica; d) la
ausencia de tiempo -en agendas comprimidas y
asfixiadas por criterios de costo-beneficio- para
el diálogo y el acuerdo-compromiso terapéutico.
5. En nuestra Escuela de Auto-Cuidado de
Pares, la propia performance del decir coloca a na-
rrador/a en la nueva realidad de un cuerpo na-
rrado-narrante, situado por su propia y soberana
manera de decir-se en las escenas clínicas públicas
11
y personales.
Arrancamos de esta praxis el surgimiento de
la construcción biográfica de la percepción de eficacia. En
el decir-oír acompañado se construye un mundo
material, vivencial, histórico y epistemológico que
valida , compara, crítica, descarta, crea e imagina
nuevas formas de hacer-se en la carrera de en-
ferm@ , al tiempo que problematiza la realidad y
su necesidad de cambios. Nace desde la reflexión
del malestar (el estar enfermo) la dimensión po-
lítica de cuerpos deseantes de un nuevo trato y
realidad.
6.-Nuestra Escuela de Autocuidado en
Salud- organización rizomática de pacientes
y trabajador@s sanitari@s 12 antes que nada
Autoafirmación Identitaria y comparescencia del
Otr@ en los procesos de re-construcción biográ-
fica de la carrera de enfermos y de levantamiento
del estado de la RT, donde también se visibili-
za el/la terapeuta como el Otr@ del Otr@. La
Enfermedad (Diabetes…) es el pre-texto de estas
escenificaciones propuestas y que a través de su
vigor performativo preparan al paciente para con-
tribuir ya “apoderado” a un nuevo trato clínico y
diseño terapéutico.
7.- La Corriente Apersonadora de la Oralidad.
Las narrativas tienen su encarnadura en la
Oralidad. No es la Escritura la articuladora de la
sustancia y forma del decir narrando y por varias
razones: remite a la externalización de decir, el es-
cribiente normatiza su observación escrita, vigila
su corrección formal y teme la incorrección y su
estigma. El narrador cuando escribe dice menos
de sí, dice del afuera donde se coloca. Escribir,
con excepción tal vez del diario de vida, contie-
ne el sistema para hacerse entender siguiendo una
vía de registro instruccional. Se asimila a una tarea
a censar y su clave es informativa. Deja fuera de
la performance al Otr@ que no verá el mundo
que trae a mano ahora la performance, además
estética corporeizada del (re-)vivir narrado. La
responsabilidad de lo escrito cae en vacío de una
alteridad lectora que puede no desearse y que por
su alejamiento puede ser temida como vigilan-
cia, escamoteando así el área de espacio seguro y
confiado del narrar en presencia colectiva de l@s
Otr@s.
8.-. Pequeñas observaciones a la estructura per-
formativa (realizativa) 13 de las sesiones Narrativas
de nuestra Escuela Apoderante.
1.- Criterio de Autenticidad (Austin). Las na-
rraciones debieran ocurrir en dependencias y
horarios de los servicios sanitarios. El objetivo
apoderante busca desacralizar este espacio públi-
co como propiedad y locus de poder asimétrico
medicalizado.
2.- La estructura Narrativa de pequeños colecti-
vos de pacientes contiene un/a trabajador/a sani-
tario/a. La narración se “autentifica” ante actores
investidos social y administrativamente por los
servicios sanitarios. No es una puesta en escena
“teatralizada”, es la producción escénica de la rea-
lidad negada, de la Otredad Olvidada.
3.-La dinámica es la Narrativa personal en pre-
sencia o comparecencia colectiva de los pacien-
tes, incluido el agente sanitario, que sólo escucha
cediendo su turno de la palabra. Esta función
performativa significa y repara : La narración visi-
biliza al Otr@ como un actor significativo y esen-
cial, dador de significados a su propio enfermar y
como sujeto consciente y de libre autodetermina-
ción. Se repara así toda una muy larga historia de
olvido y mal trato: la RT sin el Otr@.
4.-Las resonancias perlocutivas (la conduc-
ta apoderante que resulta del narrar) se evalúan
sesión tras sesión. Interesan nuevamente las na-
rrativas etnográficas. No hay mejores ni peores,
se suspende el juicio moral y estético. Interesa la
constitución y epifanía autónoma de cada uno
de los actores y con sus propios dispositivos
escénicos.
5.- El momento Freiriano (Paulo Freire 1921-
1997). Construido el colectivo - más allá de la
suma de actores individuales- como un cuidado y
cuidadoso espacio del nombrar, procedemos a pro-
blematizar la realidad recién creada por nuestra
Epifanía o visibilización. Identificamos los temas
11 Auto-eficacia percibida, se refiere a la creencia que tiene una persona de poseer las capacidades para desempeñar las acciones
necesarias que le permitan obtener los resultados deseados.
12 En la teoría filosófica de Gilles Deleuze y Félix Guattari, un rizoma es un modelo descriptivo o epistemológico en el que la
organización de los elementos no sigue líneas de subordinación jerárquica —con una base o raíz dando origen a múltiples ramas,
de acuerdo al conocido modelo del árbol de Porfirio—, sino que cualquier elemento puede afectar o incidir en cualquier otro (12)
13 La palabra nombrada no se limita a describir un hecho, al ser expresada en la escena colectiva realiza –en el Ahora del tiempo
humano- el hecho / su promesa, el Ser/su devenir.
Ahumada N., et al.
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