que, aún con muchas dificultades, se garantizan
las interrupciones legales del embarazo (ILE) es-
tipuladas por la ley, desde el año 2007. Se trabaja
fuertemente en Atención Primaria de Salud para
el abordaje integral de aborto, que incluye el ac-
ceso y continuidad de métodos anticonceptivos
seguros post-aborto. El resultado más palpable
de esta política es que no se registran muertes de
mujeres por complicaciones de aborto desde el
año 2012 en nuestra ciudad, donde viven casi un
millón de personas.
En este camino, pudimos materializar un
proyecto pedagógico dentro de la Facultad de
Ciencias Médicas de la Universidad Nacional
de Rosario (UNR), el que funciona como ma-
teria electiva para estudiantes de cuarto año de
Medicina y que se denomina “El aborto como pro-
blema de salud”. Este proyecto fue desarrollado
colectivamente por quienes integramos la “Red
de Profesionales de la Salud por el Derecho a
Decidir” (fundada el 28 de mayo de 2015 en el
seno de la Campaña Nacional por el Derecho
al Aborto Legal, Seguro y Gratuito), y propone
pensar el aborto inseguro como un problema de
salud, de derechos y de justicia social, desde la
perspectiva de género. Iniciamos el cursado en el
2017, con muy buena repercusión por parte del
estudiantado, por lo que reafirmamos la necesi-
dad imperiosa de brindar capacitación profesio-
nal formal y actualizada para el manejo integral
de aborto, dentro de las Universidades Públicas.
Este proyecto se replicó, posteriormente, en
otras Universidades del país, adaptado a cada
realidad y carrera específica.
El pasado 13 de junio fuimos a trabajar como
todos los días, pero con una energía diferente.
Había mucha expectativa y ansiedad. Cuando
llegamos a la plaza del Congreso de la Nación,
Tizzianu R.
la marea verde fue literal: cuadras y cuadras de
personas con sus pañuelos, cantando, tomando
mate y disfrutando de una jornada histórica y
fuertemente democrática. Algunas compañeras
futboleras decían: “Este es nuestro mundial”.
Sin embargo, al caer la noche, la tensión aumen-
tó, y por momentos se convirtió en angustia,
porque parecía que los votos no iban a alcanzar.
Muchos diputados y diputadas hablaban como
si nunca hubieran escuchado las exposiciones
previas. Hubo incluso algunas exposiciones ver-
gonzantes: nos compararon con perras y marsu-
piales. Allí afuera, el frío de la noche de otoño
se apaciguaba con el calor de nuestros cuerpos
apretados, mientras pensábamos que más allá del
resultado de la votación, nosotras ya habíamos
ganado: el cambio social logrado no tiene vuelta
atrás y los/as representantes son transitorios/as;
sólo es cuestión de tiempo. A las 7 de la mañana
del día siguiente, se produjo el giro tan ansiado:
dos diputados de la provincia de La Pampa se
manifestaron a favor para lograr la pequeña di-
ferencia que faltaba, y a las 9.51 hs., luego del
emotivo discurso de Silvia Lospennato, quien
nombró a muchas de las “históricas” compa-
ñeras de la Campaña (las que no sólo sostuvie-
ron la lucha con perseverancia, sino que incluso
estaban afuera con nosotras, más allá del frío
y los años), y después de más de 24 hs. de de-
bate, se aprobó la media sanción en la Cámara
de Diputados. Fueron segundos que parecieron
horas, las lágrimas que brotaban solas, el grito
unánime que atravesó el cielo, y el abrazo sonoro
de amor y felicidad, por haber logrado, al fin, el
primer paso. Todas las emociones duraron varios
días. Incluso todavía nos emociona recordarlo.
Pero la lucha no ha terminado: ahora vamos por
Senadores, y que sea Ley.
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