Cuadernos Médicos Sociales 2018; Vol 58 N°2 | Page 63

siendo el acceso a la atención limitado por una estructura centralizada ( 1 ).
Sin duda existe una atadura macro-micro que continúa con el proceso de dependencia en la toma de decisiones administrativas que pueden llegar a sobrepasar el marco de la salud de las víctimas , ya que están en juego factores políticos y jurídicos ( 7 ) que son canalizados a distintas esferas de la realidad social y no solo de la salud . Tal vez , estamos en presencia de valores tácitamente ( 3 ) conducidos que buscan su reproducción por medio de relaciones de poder ( 6 ) que impiden la planificación local , ajustadas a las necesidades locales de determinadas comunidades .
Por lo mismo , los acercamientos que realizan los profesionales en sus territorios , tienen que ver con un sello de carácter cualitativo en su quehacer diario , ya que la aplicación y / o adecuación de algunas prácticas locales apuntan a generar acciones pertinentes y adecuadas al contexto sociocultural de las personas , y además develan situaciones o puntos estresores que impiden o dificultan los procesos de atención y derivación por violencia sexual . Finalmente pareciera ser que la atención basada en los derechos de las víctimas queda a expensas de las voluntades y organización de los agentes institucionales en el territorio y no se condice con algunas directrices de la normativa técnica .
De este modo , se visualiza una relación estructural que demanda un quehacer pero que lo coarta al re-significarlo en un número o a una atención clínica / forense , en dónde los medios probatorios ( levantamiento de muestras ) no expresan si el modelo es efectivo o no , sino que más bien demuestra que la institución realiza tantos peritajes y levantamiento de evidencias en un periodo determinado de tiempo . Según lo anterior , podemos estar en presencia de un proceso de desubjetivización de las personas y , a la vez , del propio quehacer de los profesionales , ya que se invisibiliza el proceso relacional entre las partes mencionadas ( 4 ).
La cultura patriarcal , la construcción social de género , la estigmatización social y los prejuicios generan una subvaloración de la experiencia narrativa o discurso de las víctimas , siendo esta reducida por un modelo biologicista . La cultura de la violación es la normalización de la violencia , lo que se traduce en estar rodeados de símbolos , lenguaje , construcciones y acciones que invisibilizan y justifican la violencia . Ergo , existe una resistencia a realizar peritajes sexológicos forense en las unidades de emergencia hospitalaria , principalmente por desconocimiento e invisibilización de la violencia sexual .
ORIGINALES : Atención de Salud y Género
CONCLUSIONES Y PROYECCIONES
La violencia sexual es un problema de salud pública y de derechos humanos , ya que es una vulneración a la integridad humana de una persona , y , por tanto , un abuso de sus derechos humanos fundamentales . Incorporar el enfoque de derechos y perspectiva género es prioritario , ya que significa avanzar en la equidad y la protección de la persona en situación de alta vulnerabilidad . En ese sentido , la respuesta de los agentes de salud frente a este tipo de vulneraciones debe ser siempre considerando la integridad de la persona . Es necesario fortalecer a los equipos de salud en la evaluación de la primera acogida , ya que esta etapa es crucial para proteger a la víctima y resguardar sus derechos , además de evitar posibles eventos futuros de violencia sexual .
Es fundamental entregar conocimientos en materias de derechos humanos y victimización secundaria a los equipos de urgencia , esto con la finalidad de comprender la relevancia e impacto de sus acciones en salud . Por lo mismo , se ha apuntado a generar una concientización respecto a la victimización secundaria , ya que esta se produciría por el desconocimiento del fenómeno de la violencia y la victimización en sí . Interrumpir el circuito de la violencia sexual y violencia hacia las mujeres es reconocerlas como sujetos de derechos , por ende , la recuperación puede estar dada por las acciones en salud .
No cabe duda que existe un alto porcentaje de violencia sexual intrafamiliar . Los casos crónicos son los más difíciles de pesquisar , debido a que no presentan daño físico detectable y evidencian una clara brecha respecto a la pesquisa , la valoración del relato , evaluación e intervención . Es necesario fortalecer el análisis de caso y la derivación asistida a través de comités territoriales en salud .
Lo anterior , implica comprender que las instituciones médicas pueden transformarse como espacio para el cambio social . En ese sentido , la perspectiva emica ( experiencia subjetiva de las usuarias , usuarios , comunidades ) es crucial para establecer idiomas locales y contextuales ( 15 ). Por lo tanto , se deben reforzar las capacitaciones a los agentes de salud , no sólo en aspectos clínicos , si no que en aspectos socioculturales , humanos y éticos .
Los procesos de atención que se despliegan desde las salas de acogida y unidades de emergencia hospitalaria requieren una organización y cohesión grupal definida , con roles y responsabilidades claras de funciones e intervenciones . Desarrollar un trabajo integrado , ético , interdisciplinario e intersectorial en el territorio , se traduce en una atención humana que visibiliza la violencia y reduce la victimización secundaria .
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Cuad Méd Soc ( Chile ) 2018 , 58 ( 2 ): 57-62