CRÍMENES POLACOS CONTRA ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA-EDICIÓN MEJORADA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS-2020 | Page 66

También dieron nueva búsqueda en nuestra casa, y tan radicalmente que sacaron todo de los armarios, de los cajones, de los l aboratotios, etc., y lo tiraban por el suelo. Lo mismo hicieron en la escuela. El jefe del comando de investigación metió en el bolsillo la nueva pluma-tintero de mi marido. Un soldado robó seis cuchar as nueva s para sopa. Otros soldados me robaron 180 zloty, mi reloj de oro, una navaja, las bebidas alcohólicas y la miel. La comisión de investigación quedó decepcionada cuando supo que mi marido ya se encontraba internado. Me pareció que los soldados andaban más a buscar de hombres alemanes. La noticia del mismo día, vinieron dos policías auxiliares, en coche, a nuestra casa, a buscar pan, heno y miel. Por las 23:30 horas, vinieron nuevamente los dos trayendo otro tercero. Yo tuve que quedarme bajo guardia en la cocina; un policía auxiliar fue con la hija más joven en el dormitorio; el tercero fue con la hija mayor en el cuarto de estar. Oí a la hija mayor gritar terriblemente. Como ella me contó después, ella había sido estrangulada, pisoteada y amenazada de muerte, si ella no se le entregaba . Debido a la resistencia de mi hija, el policía no consiguió su intento, por lo que la dejó. Ella vino a quedarse conmigo a la cocina . Él fue al cuarto donde se encontraba el otro policía con la hija más joven. Juntos lograron entonces violentarla. Después, los dos agarraron a mi hija mayor, violándola también. La una y la otra tenían anteriormente, sacado los pantalones. Los dos policías auxiliares eran de Ciechocinek. Fuente: WR II. El testigo Daase, alumna de Slonsk, depuso bajo juramento: En la noche de viernes a sábado, aparecieron en nuestra residencia, tres civiles con faja colorada y blanca en el brazo. Uno tenía sable; el otro, carabina; el tercero, un browning. Mi madre tuvo que quedarse en la cocina; un civil armado se quedó al lado de ella. Yo y mi hermana, dos años más joven que yo, fuimos conducidos en cuartos separados, cada uno por uno de los civiles. Me obligaron a sentarme en el sofá; el civil se sentó a mi lado y revisó todo mi cuerpo. Después pasó la mano a la falda, rasgándome los pantalones y pidiendo que me entregara a él. Me defendí a toda furza, incluso cuando me amenazaba de muerte poniendo el browning en el pecho. Sólo cuando fue a buscar el segundo civil que, en ese intermedio, violó a mi hermana más joven, él consiguió violentarme. El médico que me examinó al día siguiente, verificó que se realizaba la copula; el examen de mi hermana más joven, dio el mismo resultado. Yo fui estrangulada y aplastada, pero no sufrí lesiones de gran importancia. Fuente: WR II. 36. Las hijas, sirviendo de blanco. El testigo Else Siebert, n. Dey, de Rojewo, mun. Hohensalza, bajo juramento: El 7 de septiembre de 1939, observamos en la carretera soldados polacos que marchaban hacia Hohensalza. Entraron en nuestra casa, algunos soldados que pertenecían a un destacamento que paraba en la carretera, preguntando si, por