CRÍMENES POLACOS CONTRA ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA-EDICIÓN MEJORADA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS-2020 | Page 151
alimentos de parte de los polacos. Comemos lo que conseguimos arrancar.
Descansamos, algunas veces, en graneros; otras, al aire libre, incluso en días de lluvia.
Nuestra alimentación consistía, sobre todo, de nabos. Nuestra escolta se
componía de dos policías activos y seis reservistas polacos que servían como
auxiliares. Finalmente, a los 16 y 17 de septiembre de 1939, llegamos a Ilow que se
encuentra al noreste de la carretera de Kutno - Varsovia. Durante toda la marcha
estuvimos expuestos a los insultos y los malos tratos de la población. El día 17-9-
1939, la escolta nos abandonó, después de haber pasado un día entero en un
granero, mientras la ciudad sufrió graves ataques de aviones que lanzaron bomba s y
dispararon con ametralladoras. Desde las 22 horas del día 17 -9-1939, nos queda mos
sin escolta. El día 18-9 partimos, después de haber logrado que los compañeros
pasen la noche todavía en el granero. Concluye, que el fuego de artillería dirigido
contra Ilow, que se inició la noche anterior, que las tropas alemanas no podía n es ta r
lejos. Mi calculo no me había engañado, porque cuando el día 18-9 caminamos unos
20 minutos hacia el oeste, topamos con los primeros soldados alemanes, terminando
así nuestro sufrimiento.
Cito, además, como testigos:
El propietario Jesske, de Paczkowo, cerca de Kostschin.
El hijo del mismo y su yerno, que fueron entregados, en estado deplorable, en la
propiedad de Iwno cuando ya estábamos allí.
En la granja de Jesske también se ha alojado un destacamento polaco de suerte que
ese propietario debe poder contar cosas interesantes.
Dictado en alta voz, aprobado y firmado
ass. Paul Wiesner
El testigo prestó el siguiente juramento: "Juro ante Dios Todo poderoso y
Omnisciente que dije la pura verdad y que nada callé, como mienta que dios me
castigue”.
cerrado:
ass. Hurting - ass. Pitsch
Fuente: W R II
99. Profesores de la minoría alemana, golpeados con martillo de herrero.
Lodsch, 23 de octubre de 1939.
Comando Supremo de la Fuerza Armada, - Centro de Investigación de casos de
violación del Derecho de las personas, etc.
Compadece, intimado, el testigo Wilhelm Karl Petrak, que depuso bajo juramento:
Aunque fuimos soldados, no nos habían dado uniformes. Es decir que no nos
distinguíamos de civiles. Mientras estábamos descansando al borde de un bosque,
algunos civiles trajeron dos populares alemanes que se decía ser pr ofesores.
Aseguraban los civiles que eran espías y que el de pelo rubio había tenido consigo un
mapa con anotaciones. Aún cuando estábamos descansando, un primer teniente de