En cuanto a la persona : Me llamo Paul Wiesner ; nací el 14 de noviembr e de 1874 en Marsfelde , num . Neutomischel ; soy director de propiedades ; resido en Wollstein , en la calle Bismarckstrasses , 1 , actualmente en Posadowo .
En cuanto a la causa : El 31 de agosto de 1939 fui arrestado por un policía en la estación de Opalenica cuando viajaba a Wollstein . Supongo que mi prisión ha sido ordenada porque yo , frecuentemente , iba a Alemania , y sobre todo a Schwiebus , siendo , por lo tanto , considerado intermediario de un centro de información anti - polaco . Después de revisar y revolver mi s maletas , me condujeron al puesto pol i c i al . Al principio , me declaran que yo sería soltado , si nada se encontraba de sospec hos o , llegando , hasta , a murmurar unas palabras de excusa . La revista fue negativa , pues no encontraron nada de sospechoso . En ese tiempo , sin embargo , el primer sargento de la policía se comunico , por teléfono , con la policía de Opalenica si había alguna c osa que me desabaste , escuché claramente por el auricular la voz del capitán de la policía de Wollstein que respondió : " Prender y encarcelar " Entonces me encerraron en una celda . Poco después , fue detenido , también , el veterinario Dr . Krause de Opalenica , a quien yo buscaba por unos minutos , al salir de la estación . Pasé en esa celda dos noches y un día , y luego fui transportado , junto con el Dr . Krause , bajo escolta policial , para Buk , donde fuimos conducidos a una sala , en la que ya se hallaban presos cerca de 100 populares alemanes . Unas cuatro horas después , nos embarcamos en carrozas , llevando a cada uno a doce hombres , y bajo la custodi a de dos policías y de dos soldados de bayoneta armada , fuimos transportados hasta Posen , pasando así toda la noche . Llegamos a las 6:30 de la mañana del día 3 de septiembre de 1939 . Nos condujeron a través de la ciudad , y los habitantes subi eron en los carros , golpeándonos hasta quedar cubiertos de sangre . Alojados en una escolta publica , tuvimos que pasar dos días y dos noches sin alimentos y dormir en el suelo . El lunes , día 4 de septiembre de 1939 , seguimos a pie por las ciudades de Schwersenz y Kostschyn . En esta última ciudad nos golpearon nuevamente a algunos de nuestros compañeros hasta que se ensangrentaron , y de cinco mujeres de nuestro grupo les sacaron toda la ropa , dejándolas apenas con la ropa de abajo . Las ropa s de esas mujeres fueron llevadas por los habitantes judíos de Kostschin que las distribuían bajo gran alboroto . Además de la ciudad deberíamos esperar nuevas órdenes respecto a nuestro destino . Después de unas dos horas llegó un primer sargento de la policía de Gnesen que se dirigió a mí porque era yo quien mejor hablaba el polaco , diciéndome que estábamos todos libres y que tratáramos de irnos en pequeños grupos de cinco y diez hombres . Yo mismo me quedé con el último grupo que contaba unos 20 hombres . Después de que estos hombres se dispersaron en un frente de un kilómetro de largo , llegaron soldados de una compañía de ciclistas , acuartelada en la propiedad de Iwno , disparando , con fusiles y ametralladoras , los campos circundantes , donde se había dispersado a nuestra c l a s e de 100 a 120 personas . Al principio quedamos acostados , juzgando que los tiros i ba n pasar por encima de nosotros . Cuando , sin embargo , abrieron fuego derecho sobre el nabal donde estábamos , nos levantamos levantando los brazos , al que los soldados
En cuanto a la persona: Me llamo Paul Wiesner; nací el 14 de noviembr e de 1874
en Marsfelde, num. Neutomischel; soy director de propiedades; resido en Wollstein,
en la calle Bismarckstrasses, 1, actualmente en Posadowo.
En cuanto a la causa: El 31 de agosto de 1939 fui arrestado por un policía en la
estación de Opalenica cuando viajaba a Wollstein. Supongo que mi prisión ha sido
ordenada porque yo, frecuentemente, iba a Alemania, y sobre todo a Schwiebus,
siendo, por lo tanto, considerado intermediario de un centro de información anti -
polaco. Después de revisar y revolver mi s maletas, me condujeron al puesto pol i c i al.
Al principio, me declaran que yo sería soltado, si nada se encontraba de sospec hos o,
llegando, hasta, a murmurar unas palabras de excusa. La revista fue negativa, pues no
encontraron nada de sospechoso. En ese tiempo, sin embargo, el primer sargento de
la policía se comunico, por teléfono, con la policía de Opalenica si había alguna c osa
que me desabaste, escuché claramente por el auricular la voz del capitán de la policía
de Wollstein que respondió: "Prender y encarcelar" Entonces me encerraron en una
celda. Poco después, fue detenido, también, el veterinario Dr. Krause de Opalenica, a
quien yo buscaba por unos minutos, al salir de la estación. Pasé en esa celda dos
noches y un día, y luego fui transportado, junto con el Dr. Krause, bajo escolta
policial, para Buk, donde fuimos conducidos a una sala, en la que ya se hallaban
presos cerca de 100 populares alemanes. Unas cuatro horas después, nos
embarcamos en carrozas, llevando a cada uno a doce hombres, y bajo la custodi a de
dos policías y de dos soldados de bayoneta armada, fuimos transportados hasta
Posen, pasando así toda la noche. Llegamos a las 6:30 de la mañana del día 3 de
septiembre de 1939. Nos condujeron a través de la ciudad, y los habitantes subi er on
en los carros, golpeándonos hasta quedar cubiertos de sangre. Alojados en una
escolta publica, tuvimos que pasar dos días y dos noches sin alimentos y dormir en el
suelo. El lunes, día 4 de septiembre de 1939, seguimos a pie por las ciudades de
Schwersenz y Kostschyn. En esta última ciudad nos golpearon nuevamente a algunos
de nuestros compañeros hasta que se ensangrentaron, y de cinco mujeres de nuestro
grupo les sacaron toda la ropa, dejándolas apenas con la ropa de abajo. Las ropa s de
esas mujeres fueron l levadas por los habitantes judíos de Kostschin que las
distribuían bajo gran alboroto. Además de la ciudad deberíamos esperar nuevas
órdenes respecto a nuestro destino. Después de unas dos horas llegó un primer
sargento de la policía de Gnesen que se dirigió a mí porque era yo quien mejor
hablaba el polaco, diciéndome que estábamos todos libres y que tratáramos de irnos
en pequeños grupos de cinco y diez hombres . Yo mismo me quedé con el último
grupo que contaba unos 20 hombres. Después de que estos hombres se dispersaron
en un frente de un kilómetro de largo, llegaro ��ͽ�����́���չ�������������)������х̰���Յ�ѕ������������ɽ����������%ݹ��������Ʌ�����������ͥ��́�)����Ʌ�����Ʌ̰���́�����́��ɍչ���ѕ̰�������͔�������������ͅ������Օ��Ʉ�������́�)����������������ͽ��̸����ɥ��������Օ����́����х��̰���靅�����Ք���́ѥɽ́������)��ͅȁ��ȁ������������ͽ�ɽ̸�
Յ�����ͥ������ɝ�����ɥ�ɽ���Օ�����ɕ����ͽ�ɔ���)��������������������̰���́��م�х��́��م�х������́�Ʌ�̰�����Ք���́ͽ������