CRÍMENES POLACOS CONTRA ALEMANES ÉTNICOS EN POLONIA-EDICIÓN MEJORADA CRÍMENES POLACOS CONTRA LOS ALEMANES ÉTNICOS-2020 | Page 108
mentalidad que se reveló en las escenas que siguieron. La multitud que se apiñaba en
la calle y que no pudo ver el espectáculo porque el pateo se hallaba literalmente
lleno de gente, insistió en obtener entrada para al menos ver los cadáveres de los dos
alemanes. No se avergonzaron los soldados de explotar la avidez de sensaciones de
aquella multitud, cobrando a cada uno que quería entrar en el pateo, una entrada
con cuyo importe era para comprar cigarrillos y licor.
El testimonio del testigo ocular Peter Barowski dice así: "... Después del
fusilamiento, toda la calle estaba llena de gente que quería ver lo que había ... Los
soldados recogieron, en una gorra militar, las entradas de aquello s que querían ver a
los muertos... el soldado que cobraba el dinero, estaba la puerta que daba a la c a l le.
Como curiosos se apretujaban mucho, me dio la gorra con el dinero para asegura r l o .
Él quiso empujar a la gente hacia atrás. Pero yo pasé la gorra delante a Frau Nowac ka
y dije a los que estaban queriendo entrar, que no apretar tanto, que aquello no era
un circo. Me insultaron y gritaron, y luego me fui ... "
Otro testigo, Frau Stanislawa, refiere, al respecto: "... Vi como Frau Nowacka y
Frau Gorzanek cobraban las entradas... Vi también que fue Peter Boroski quien las
cobraba primero. Él estaba en la puerta y tenía una gorra en la mano. Quien desea ba
entrar en el patio, tuvo que darle dinero. También me enteré de las dos mujeres que
Borowski mandó comprar la salchicha, el licor y los cigarrillos, con el dinero reci bi do;
yo vi cómo las dos mujeres se marcharon para hacer las compras. Ellas me dijeron
que iban a comprar las cosas..."
Se comprobó que los hermanos Barnicke fueron fusilados a las 13:30 horas. Sólo a
las 17 horas, los cadáveres fueron removidos, por orden de la milicia cívica, siendo
transportados, sin cubierta, sobre un carro. No se comunicó a los parientes, el lugar
de la sepultura. Stefan Piaskiwski, miembro de la milicia civil polaca, intentó expl ota r
ese hecho, extorsionando dinero de la madre de los asesinados, que, por razones
comprensibles, tenía en saber, dónde habían enterrado a sus hijos. Se ofreció para
indicar el lugar mediante un pago. Frau Barnicke le pagó, efectivamente, 30 zloty, en
su totalidad, sin que él le comunica el lugar. Después de investigaciones que lleva r on
semanas, y que los cadáveres pudieron ser retira dos de una sepultura colectiva.
Las pruebas objetivas y la autopsia médica confirman los testimonios,
concordantes. En el pati o que queda en el fondo del edificio la calle Venetianergasse,
4, se encuentran, bien visible, tres orificios de penetración, en la pared del fondo. Se
constataron, en el cadáver de Kurt Barnicke, además de una herida mortal, producida
por proyectil, heridas en ambos ojos, producidos, segun el lado medico, por
instrumento penetrante.
En el cadáver de Alfred Barnicke, se cantaba, además de dos heridas producidas
por proyectil, la fractura del hueso nasal. El hecho de que los hermanos Barnicke
hayan sido fusilados por militares polacos, y confirmado por un documento de origen
polaco. Fue descubierto y secuestrado, en la residencia del antiguo jefe de la milicia
civil del quinto comisariado, el diario de servicio que allí se hallaba escondido.
Contiene la observación que el 4 de septiembre de 1939, fueron fusilados, en el