Gisela Landázuri Benítez
l
Liliana López Levi
son aseveraciones ampliamente aceptadas por organizaciones gubernamentales
y no gubernamentales, tanto a nivel internacional, como nacional y local. Rosas
(2010:163) observa el hecho de que los proyectos que se insertan bajo esta lógica
generalmente no contemplan el acceso a la cultura por parte de los habitantes
locales. Asimismo, destaca que la vinculación turismo-patrimonio, puede
generar problemáticas tales como: La explotación económica, la especulación,
la banalización de las producciones culturales, la transformación de la realidad
en espectáculo; el hecho que las entidades que gestionan el turismo promueven
la uniformidad y que la identidad se convierta en mercancía comercial. Otro
problema que señala la autora son las condiciones inequitativas de acceso a los
recursos por parte de ciertas comunidades, que buscan su desarrollo al margen
de los mega proyectos (Rosas, 2010:168-172). De ahí que es de vital importancia
que los proyectos turísticos partan de la relación entre las comunidades locales
y el patrimonio, donde destaca el papel de las organizaciones civiles.
De acuerdo con Prats (2010:192) “toda localidad es rica en patrimonio
etnológico”; riqueza que no necesariamente es evidente, por lo que requiere ser
señalada mediante un proceso de excavación de la memoria. “Contexto memoria
constituyen la clave del patrimonio local” (Prats, 2010:193). La memoria,
según el autor, es importante pues permite reunir la construcción social del
patrimonio, permite contextualizar e interpretar los objetos, los lugares y las
tradiciones; además favorece la autogestión de las activaciones patrimoniales.
Aunque, por otro lado, considera que la memoria tiene sus limitaciones al ser
una realidad construida a partir de sesgos y porque la memoria suele llevar a
la confrontación.
Hay quienes consideran