Xochimilco: chinamperío, patrimonio cultural y prácticas turísticas
A partir de lo anterior, podemos considerar que, en la época actual, en un
periodo de auge de la industria cultural, el territorio, al igual que el patrimonio7,
se ha convertido en mercancía. A través del turismo, el valor de los lugares
se replantea en función de la economía capitalista, de manera tal que los
bienes materiales y simbólicos locales son vistos y utilizados en proyectos de
desarrollo. Pero por otro lado, también se da el hecho que en algunos lugares
“el desarrollo del turismo constituye la única razón para proteger monumentos,
barrios históricos y paisajes culturales, cuando éstos son considerados lugares
de interés” (Tresserras, 2011:6).
En los últimos años se ha considerado cada vez más a los patrimonios
tangibles o intangibles, naturales o culturales, como recursos económicos. Sin
embargo, la importancia de conservar los legados naturales y biológicos e incluso
reconocerlos como una expresión cultural; no solo representan un valor en
términos turísticos, sino que también pueden ser espacios productivos en otro
sentido, como ocurre con los sistemas chinamperos de Xochimilco, que además
de ser monumentos arqueológicos son también espacios de producción agrícola.
El patrimonio también puede convertirse en un objeto de valor político.
De acuerdo con Churchill (2010:253), la cultura política mexicana tiende a
cooptar y “clientelizar” el fomento de los objetivos de los partidos políticos. En
otras palabras, además de una utilidad económica, existe también una política.
Es así como la propuesta de Jordi Tresserras (2011) de establecer una
alianza estratégica entre las acciones de desarrollo y los proyectos de patrimonio
cultural y turísticos, resulta interesante si prioriza el uso social de los recursos
patrimoniales; más aún cuando se trate de elementos como las chinampas que
además de su belleza paisajística y su uso productivo habría que preservarlas
como zona de reserva ecológica. En este sentido, resulta imperativo el atender
directamente algunos factores que las amenazan, como la urbanización, la
extracción del agua de los manantiales que alimentan los canales y la inyección
de aguas negras y tratadas. Uno de los problemas que se ha derivado, por este
manejo del agua, ha sido el que ha bajado el nivel que antes permitía una
irrigación natural a través de la humedad que mantenían los suelos chinamperos
y que ahora ha llevado a la necesidad de bombear para irrigar.
La consideración de que el patrimonio ocupa un lugar central en las
estrategias de desarrollo y que la promoción turística sea el medio para lograrlo
“En el último tercio del siglo XX se ha desarrollado la visión del patrimonio como producto
que se ofrece en un mercado de bienes simbólicos. Este cambio más reciente se centra en
el tratamiento de los vestigios históricos como mercancía, seleccionados de acuerdo con
criterios de consumo manejados por medio de la intervención del mercado. El patrimonio
es una mercancía contemporánea creada intencionalmente para satisfacer el consumo
contemporáneo. Una llega a ser el otro a través del proceso de mercantilización” (Nivón,
2010:29-31).
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