Gisela Landázuri Benítez
l
Liliana López Levi
la finalidad de evitar que sus prácticas generen un
mayor deterioro del patrimonio natural y cultural.
Como caso de estudio hemos elegido abordar el
sur de la Ciudad de México, en particular la zona
chinampera de Xochimilco, en donde entrevistamos
algunas personas involucradas en proyectos locales
orientados al turismo.
Introducción
Los patrimonios culturales y naturales constituyen elementos centrales a las
comunidades, que fortalecen su identidad y arraigo a partir de ellos. De acuerdo
con el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus
siglas en inglés)3, el patrimonio cultural incluye toda manifestación material
o inmaterial que contenga valores vinculados a la historia, desarrollo cultural
y a las tradiciones; en este caso de México en todas sus etapas, así como el
patrimonio natural asociado a éste. En otras palabras, el patrimonio cultural
se construye a partir de elementos simbólicos, histórico-culturales que son un
sustrato de identidad y una base para la memoria colectiva.
Desde la óptica del desarrollo turístico, en el marco del capitalismo global de
la actualidad, dichos elementos han sido valorados en función de las ganancias
que son capaces de generar. Es decir, la gastronomía, los trajes típicos, las fiestas
patronales y la naturaleza misma se han convertido en atractivos para los turistas
y, por ende, en aspectos centrales a gestionar para el desarrollo local. Muchas
veces, dicha mercantilización se ha dado con la anuencia de actores locales y
de autoridades gubernamentales, y en muchas ocasiones, el valor patrimonial
se asienta en objetos fijos e inamovibles, sin reconocer el carácter dinámico
de la cultura, su significación e interpretación. Si bien, no se trata de procesos
homogéneos ni de actores sociales monolíticos, lo que aquí señalamos son
tendencias que derivan de la revalorización del turismo como práctica para
el desarrollo y que queda demostrada a partir de múltiples discursos tanto de
organizaciones internacionales, como la Organización Mundial del Turismo
y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, además de instancias que pueden
quedar representadas por las secretarías FRGW&