Características sociales de las áreas naturales protegidas
y otra vez observamos que estas experiencias se construyen desde la perspectiva
de la defensa de lo propio frente al saqueo desde el exterior…” (Boege, 2008:
242). De acuerdo con este autor, se está dando un proceso de reapropiación de
los recursos naturales por parte de los comuneros y ejidatarios. Este sería un
caso en el que los llamados incentivos solidarios (o de identidad), juega un papel
importante. En otros casos, la motivación está en los beneficios económicos o
en beneficios que mitigan los impactos de eventos naturales, como incendios,
inundaciones o deslaves. Otras comunidades, principalmente en zonas de
alta marginación, han visto en los programas impulsados por el gobierno, la
posibilidad de recibir apoyos económicos inmediatos. En general, esta modalidad
de intervención ha resultado poco efectiva tanto para conservar los recursos
naturales como para incrementar el bienestar social (Anta y Carabias, 2008).
En toda acción colectiva es importante reconocer aquello que inicia la acción
y lo que la mantiene. La motivación de las personas que inician un proyecto
nuevo es distinta de los que inician después, una vez que es patente algún
resultado. De esta manera, la disposición asociativa de cada persona dependerá
de su umbral (número de individuos que han decidido tomar parte en la acción
colectiva con anterioridad) (Granovetter, 1978). Pero ¿qué determina dicho
umbral? Por un lado, está el valor que cada individuo asigna a los incentivos
selectivos que recibe, pero también hay que tomar en cuenta las experiencias
previas de las personas y las condiciones socio-estructurales que determinan
las actitudes individuales (Melucci, 1990). Entre estas condiciones, algunas
de las más estudiadas han sido el tamaño del colectivo y la homogeneidadheterogeneidad del mismo.
El tamaño y la composición de los grupos generalmente se ha estudiado de
manera conjunta; pues se argumenta que mientras más pequeño es éste, mayor
homogeneidad y, por lo tanto, mejor coordinación. A pesar de no existir una
clasificación universal que permita saber hasta qué punto un grupo es pequeño
o heterogéneo, la discusión del tema tiene sentido porque los argumentos
generalmente se sustentan en comparaciones. Así, se podría pensar que en
grupos pequeños las interacciones que generan confianza son más frecuentes
y se podría esperar un incremento del comportamiento colectivo. Por otro
lado, la homogeneidad también debería facilitar la acción colectiva porque
implica la existencia de intereses comunes. No obstante estas hipótesis, diversos
estudios demuestran disenso al respecto: Los grupos pequeños tendrían que
absorber un mayor costo por la actividad que realizan (por ejemplo, la vigilancia
de un territorio) y la homogeneidad podría provocar que todos quisieran o
tuvieran la capacidad de hacer las mismas tareas, imposibilitando hacer otras
igualmente importantes (Marwell, 1988; Heckathorn, 1993; Vedeld, 2000;
Kant, 2000; Bandiera et al., 2005; Bunge, 2008). Esta variedad en la respuesta
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