Crisis Civilizatoria | Page 172

Armando Sánchez Albarrán aparición corre al parejo del creciente interés de la sociedad en los problemas ambientales. De la misma manera, los temas ambientales se encuentran cada día más presentes en la agenda de la opinión pública, los medios de comunicación, en instituciones educativas y en organizaciones civiles. Debido a este interés en los aspectos de la relación sociedad y naturaleza interesa destacar que dicho ámbito particular de estudio cuenta con una importante masa crítica en la medida en que sus defensores cuestionan desde hace bastante tiempo aspectos importantes de las teorías económicas y políticas. En la economía, por ejemplo, se opone al afán de obtención de la maximización de las ganancias a expensas del deterioro ambiental y de los desequilibrios sociales que de ahí se derivan; en lo político pone en duda los postulados básicos de la democracia representativa y la manera en que gobiernos neoliberales reivindican medidas de libre mercado. De manera general la ecosociología pone en evidencia la manera en que el desarrollo económico y los procesos políticos justifican una sociedad cada día con más injusticias y desigualdades sociales, especialmente en zonas rurales (Sevilla-Guzmán, 2006). En los estudios de la sociología ambiental, precursora de la ecosociología, ya había una crítica sistemática a algunos de los fundamentos de la economía neoliberal sustentada básicamente en la creencia de la existencia de recursos naturales ilimitados. Los gobiernos neoliberales aterrizaron dichas ideas en la aplicación de políticas monetaristas que ponen el énfasis, no en mejorar el nivel de vida de la población, sino más bien facilitar la inversión extranjera lo cual ha llevado a beneficiar a unas cuantas empresas transnacionales. El actual modelo extractivo-exportador, partiendo de dicho supuesto, muestra hasta dónde es capaz de llegar la falta de sentido común y responsabilidad social: contaminación y degradación total de tierra, agua y aire a partir de la explotación de minas a cielo abierto. La crisis ambiental, que de ahí se deriva, se transforma en una crisis de civilización, y con ellos, como una crisis disfuncional entre sectores económicos, políticos y socioculturales (Guzmán-Muro, 1999) En este orden de ideas Enrique Leff sintetiza los rasgos de dicho modelo: La problemática ambiental emerge como una crisis de civilización: de la cultura occidental, de la racionalidad de la modernidad, de la economía del mundo globalizado. No es una catástrofe ecológica ni un simple desequilibrio de la economía. Es el desquiciamiento del mundo al que conduce la cosificación del ser y la sobreexplotación de la naturaleza; es la pérdida del sentido de la existencia que genera el pensamiento racional en su negación de la otredad… (Leff, 2004:IX). Haciendo un breve recuento histórico podemos señalar que la sociología ambiental ha atravesado por tres grandes momentos: El primero, en los años setentas, con el surgimiento de la sociología del medio ambiente; el segundo 170