Hugo Celaya V.
l
A. Sylvia Gijón C. l Rafael G. Reyes M. l Juan L. Bautista M.
I. Selene Benítez A. l María de J. Pacheco H.
l
Se puede concluir que OD está dando una calificación de baja calidad
al agua de pozo por los resultados de DBO5 y DQO, así como por su relación
con éstas. Esto sólo evidencia las limitaciones la interpretación descriptiva
convencional de los resultados multifactoriales de los análisis fisicoquímicos.
Para corroborar la existencia de relación GS-OD, se construyó una segunda
ecuación de regresión de tipo cuadrática [1.4] con una R2 = 0.836 y que supera
las pruebas: ANOVA (F = 33.065, p < 0.000) y t de student (p < 0.05).
Ecuación 1.4
GS = 119,740.740∗OD – 35.547∗OD2
(0.000)
(0.024)
En este caso, OD es la única variable independiente cuya concentración
se incrementa en forma proporcional al gasto en salud en el intervalo de
0.81 a 1.688 (ver ecuación [1.4]). Así, se establece con más solidez la relación
funcional GS-OD. Mediante correlación de Pearson se pudo comprobar la
relación funcional entre OD y DBO5 en la temporada de secas de acuerdo al
coeficiente de correlación r = 0.757** que resultó significativo (p < 0.001); y
durante la temporada de lluvias se sostuvo la correlación entre OD y DQO para
la cual el coeficiente r = 0.657** fue significativo (p < 0.008). Así, los hogares
de bajo bienestar son los que se ven más afectados por la baja calidad del
agua de pozo porque son los que más la consumen y presentan más de casos
de diarrea (gráficas 2 y 4). Los préstamos, Pr, ocupan el segundo lugar (β =
0.853) y constituyen la fuente de ingreso que más probablemente se utiliza para
cubrir los gastos en salud. Las otras fuentes de ingreso que integran el ingreso
familiar se utilizan para cubrir los demás gastos de los hogares y también
se pueden asignar a la inversión y el ahorro. En tercer lugar se encuentra el
consumo de cereales y tubérculos (CT) con un peso significativamente menor
al de las dos variables anteriores (β = 0.387). El incremento en el consumo
de estos alimentos ricos en carbohidratos a los que se asigna la mayor parte
del presupuesto de alimentos (tabla No. 1), empeora el estado de salud de las
personas con síndrome metabólico e hipertensión.
A propósito, la ecuación de regresión [1.3] incluye el síndrome metabólico y
la hipertensión juntos en una sola variable, SMH, la cual resultó ser significativa
y con el menor peso (β = 0.162). Estas enfermedades juntas presentan una
incidencia acumulada del 25% en los hogares de la comunidad. Por un lado,
El límite superior del intervalo es el valor máximo de OD dado por la ecuación [1.4] y se
determinó por cáluclo diferencial. El procedimiento consistió en derivar la ecuación [1.4] y
luego ésta se igualó a cero; despejando OD se obtuvo 1.684.
8
114