Cinéfilo 16 - Marzo 2014 | Page 61

convirtió en una política del festival. Y tuvimos grandes retrospectivas: Adachi, Edward Yang, Omirbayev. Este año en particular las retrospectivas parecen responder a los lineamientos que hablamos antes: en el orden de la reivención de la sensibilidad está la retrospectiva de Fontán; si se trata de revisar la relación entre la tradición clásica y la reinvención del lenguaje cinematográfico está Iosseliani… Vi la obra completa de Iosseliani recientemente para escribir en el catálogo y es realmente increíble: no puede ser, ¡es un cineasta que no tiene un planocontraplano en toda su obra! ¡Récord Guiness! Ahí hay algo que me interesa, en un sistema de representación audiovisual y en un sistema de representación cinematográfica, que no es lo mismo, donde el plano-contraplano pareciera ser la lógica obligada. Incluso en una era en que los teléfonos celulares o inteligentes filman mucho en plano secuencia básicamente porque el teléfono así lo implica, no obstante se sigue sosteniendo la lógica del planocontraplano en todo lo que vemos. Entonces que un espectador vea de pronto, durante diez días, 14 películas de Ioselliani donde no hay un planocontraplano, hay algo que tiene que suceder, algo tiene que despertar en él frente a esas películas. Con Guiraudie hay una reinvención de los géneros y una manera de apropiarse de ellos que no tiene nada que ver con ningún otro cineasta que yo haya visto recientemente. Es un cine que tiene algo extremadamente popular en su espíritu. Está claro que Guiraudie no es de París. Es un cineasta que además fue miembro del partido comunista, pero no por eso es cine militante. Y encima es un cine vinculado con el deseo homosexual, de tal modo que el lugar del placer y el lugar de la política están entremezclados de un modo muy extraño. Y finalmente el caso de Farocki, que no es estrictamente una retrospectiva sino una sección que se llama Territorios, una zona de intersección entre el cine y las artes visuales, una especie de diagrama de Venn donde hay una intersección entre un trabajo sobre las imágenes y un orden cinematográfico en sí mismo. Él ha problematizado política y ontológicamente la imagen en sí. Entonces, si bien está bastante circunscripto a ciertas prácticas políticas vinculadas con las empresas, la representación de las guerras por parte de los medios de difusión, me parece que es alguien que problematiza el capitalismo en toda su dimensión pública, no íntima, en consonancia con otra idea del festival que es la de siempre plantear una irrupción sobre cómo vemos lo que vemos en el mundo en el que estamos. Plantear otros regímenes de visibilidad. Y Farocki lo hace en sus propios términos. Me gustaría que me hables del catálogo del festival, sé que le dan una gran importancia. Es fundamental por muchas razones: primero, este festival pertenece a una universidad. Un festival que pertenece a una universidad inmediatamente implica que se ha establecido una relación directa entre cine y conocimiento. Si existe algo así tiene que haber un discurso sobre eso, y si las películas son el discurso visual, el catálogo es la constatación del discurso visual transformado en palabra. De tal modo que quien quiera leer el catálogo puede constatar qué es lo que está planteándose detrás de todas estas películas y por qué. El catálogo tiene una importancia sustantiva, porque además estoy convencido de que el cine sin palabra escrita no llega a salvar sus posibilidades cognitivas, culturales, sensoriales, sensitivas. La mediación de la palabra, tanto oral como, fun