Cinéfilo 16 - Marzo 2014 | Page 52

nos labran la tierra, los aristócratas se ocupan de sus asuntos de aristócratas, los acordeonistas tocan el acordeón, los niños hacen pendejadas, y todo el mundo hace lo que tiene que hacer en este paisaje increíblemente bello, tranquilo, antiguo, porque por todos lados hay iglesias, y en esas iglesias hay frescos hechos por los grandes maestros de la pintura italiana, incluso en una pequeña iglesia hay frescos de Pierro Della Francesca. Además quería hacer una película sobre la desdicha de Georgia pero no quería hacerla en Georgia, así que salí a buscar y pensé: hay una tristeza en África porque están contaminados por la civilización de los blancos. Fui allí y esa contaminación era tal, en todos lados, en Costa de Marfil, en Nigeria, por todos lados estaban contaminados. Pero de pronto, por casualidad, en Senegal había una pequeña región llamada Casamance, donde encontré un pueblito en que los niños se levantaban cuando uno pasaba, las damas sonreían, todo el mundo bebía coca-cola y no alcohol. Entonces fui con el jefe del pueblo, más joven que yo, y me dijo: “Me gusta tu cara, así que adelante”. Tenía dos posibilidades, o filmar los ritos, las tradiciones y las costumbres del país al que había venido, pero en ese caso me volvería su esclavo, me iban a dirigir y decirme: “Esto no es así, esto se hace asá”. Así que inventé los ritos, pero con mucho tacto porque los ritos inventados tenían que parecerles posibles, admisibles. Inventé los dos círculos, los hombres que están en torno al árbol de las palabras, y del otro lado el círculo de las mujeres, las mujeres toman la decisión y tienen que enviar un niño para que les anuncie la decisión a los hombres, y los hombres se tienen que levantar cuando llega el niño. En la realidad los africanos nunca hacen eso pero esto les dio la idea de que sería posible y me preguntaron: “¿Y por qué nos tendríamos que parar?”. “Porque llegó un ser humano, porque está condenado a envejecer y está condenado a sufrir, se va a volver como ustedes y no importa que sea joven, ustedes se levantan”. Y entendieron, pero una y otra vez les tenía que volver a explicar. Hice una parábola sobre Georgia y en Georgia dijeron que era la mejor película sobre Georgia, sin embargo era sobre africanos… EC: ¿Es posible enseñar el cine? ¿Cuál es el rol de las escuelas de cine? OI: Yo pienso que cada ser humano es un cineasta potencial, y en las escuelas de cine lo único que se puede aprender es lo que no se debe hacer, lo que es malo, lo que es humillante y lo que es tonto. Una vez que uno aprende lo que no hay que hacer 5