Cinéfilo 16 - Marzo 2014 | Page 45

“EL PÚBLICO ES EL CENSOR MÁS TERRIBLE” El FICUNAM le dedicó este año una de sus retrospectivas a Otar Iosseliani, coronada con esta charla que moderaron Edgardo Cozarinsky y el programador Sébastien Blayac, dentro de las actividades especiales que junto con el Festival organiza la Cátedra Bergman de Cine y Teatro de la UNAM. La conversación, que se presentó bajo el título “Una forma de estar en el tiempo”, es una buena puerta de acceso al director georgiano y a su filmografía encantada, pero también una excelente oportunidad para pensar la libertad en el cine y disfrutar mientras Iosseliani prende el ventilador. Jardines en otoño Edgardo Cozarinsky: Para mí es un honor presentar este diálogo con un gran cineasta al que admiro desde hace mucho tiempo, Otar Iosseliani, quien cuando yo estaba en Argentina, mi país de origen, me hizo conocer desde lejos pero de una manera muy conmovedora a Georgia. Entonces quisiera pedirle que hablara de sus primeras películas, Hojarasca, Había una vez un pájaro cantor, que vi hace mucho tiempo en Buenos Aires y me impresionaron muchísimo. Hay como en todo cine dos cosas: por una parte la obra de arte y por otra parte la representación de un país a través de la obra de arte. Es para mí el caso de Georgia en sus películas. ¿Podría hablarme de esas primeras películas? ¿En qué circunstancias las realizó? ¿Cuál era el margen de independencia que un artista georgiano tenía en el cine de aquel entonces con respecto al régimen total de la Unión Soviética? Otar Iosseliani: En primer lugar, hay que saber que Georgia no es Rusia. Georgia es un antiguo 43