Cinéfilo 16 - Marzo 2014 | Page 35

L’inconnu du lac El rostro mundo, el modo de pensar las cosas, el modo de habitar; y la poesía como reflejo de ese modo de habitar. Y por otro lado están las operaciones de mirada. Si vos me pedís que reflexione sobre mi propio cine, desde dónde partí… sí, yo diría que fue desde la poesía, fundamentalmente. Entiendo profundamente las diferencias de lenguaje, no tengo ninguna intención de equiparar los lenguajes, sólo en algunas operaciones del modo de mirar. Estoy trabajando ahora con un poeta con el que me encantaría hacer algo alguna vez, que es Arnaldo Calveyra. Calveyra trabaja de joven como fumigador en los barcos que llegan al puerto de Ensenada, una tarea increíble. Y a partir de esa experiencia escribe un libro fantástico, Diario del fumigador de guardia. En esa operación de observación de lo real, en ese pacto con lo real transfigurado, deformado, atravesado por una mirada, yo encuentro algo que me interesó mucho siempre. Como dice Calveyra en un verso: miraba lo real y le pedía el favor de una imagen. El favor de una imagen. Yo creo que desde allí fui encontrando de algún modo esa especie de pacto, de búsqueda de un cine en el que se establezca ese cruce entre la mirada y lo real. Es una mirada sobre lo real, que en principio podemos entenderlo como preexistente en el mundo. Yo creo que a esto lo descubrí o entendí o me atravesó por los poetas. Cuando trabajo con un poeta no es sólo que me guste (hay poetas que me encantan y que no sabría cómo hacer algo a partir de ello, más que un documental biográfico), sino que busco pensar, traspasar alguna de estas operaciones. Hay allí una especie de huella: este libro deja una huella y desde ella yo puedo generar una nueva; es como un momento fantasmal… Está el libro como gesto concreto, luego la huella del libro en mí, y a partir de ésta uno hace algo, lo cual es una nueva huella; creo que no hay más que eso. ¿Y cuál es el mecanismo que ponés en marcha para construir esa imagen que el poeta le pide a la realidad, pero ya a través del cine, de la imagen, y no de la palabra? ¿Cómo funciona esa transposición, o transcripción, o traducción de lenguajes? Nunca es literal. Nunca está sostenida por el objeto en sí mismo, sino que es alguna transfiguración a partir del objeto. La relación entre la literatura y el cine es muy fantasmal, porque son dos lenguajes distintos. Y toda esa cosa compleja con respecto al lenguaje, con esas idas y vueltas en el tiempo, su precisión... Yo creo que allí se vuelve necesario pensar una nueva cosa desde el lenguaje. Creo que La orilla que se abisma es bastante precisa para definirlo, para pensarlo. Por un lado está la poesía de Juanele, que como sabemos se 33