Cinéfilo 16 - Marzo 2014 | Page 23

Ese viejo sueño que se mueve fábrica, no tenía ganas de pasar mi vida en esa fábrica, es la verdad. Esta relación diferente con el trabajo es encarnada por el técnico que va de fábrica en fábrica, que no se apega especialmente a ningún colega ni a ningún espacio de trabajo, y los otros obreros que sí están ahí desde hace mucho tiempo y serán despedidos. También quería romper con el miserabilismo que generalmente acompaña este tipo de películas sobre el final de una fábrica, cuando se lamentan “Ah, perdimos nuestro trabajo…” y eso. Yo vi a mi padre perder su empleo en la fábrica y no me pareció que anduviera por ahí, cotidianamente, con su miseria. La depresión vino después, después de un enorme período de ocio, pero en el momento en que perdió su trabajo no era tan dramático, tan lacrimoso, tampoco era tan desdichado. Este proyecto nació además de un doble proyecto. Tenía un proyecto en torno al trabajo pero además tenía otro. El que giraba en torno al trabajo era más bien documental; el otro estaba más relacionado con el deseo. Siempre me ha fascinado el deseo, qué es lo que hace que uno tenga ganas del otro, qué es lo que hace que el otro no. Entonces pensé en una historia de tres hombres que se deseaban el uno al otro pero sin la distribución correcta. A deseaba a B pero B no deseaba a A y B deseaba a C pero C no deseaba a B y así… Y un día tuve la excelente idea de reunir esos dos proyectos. Eso me permitió rebasar un callejón sin salida al que me enfrentaba yo mismo, social y políticamente, es decir el callejón sin salida de las crisis, las fábricas que cierran. Es cierto que peleamos contra el cierre de las fábricas, pero las fábricas cerraron de todas maneras, y yo me preguntaba: “¿Y ahora qué? ¿Qué tenemos que hacer?”. Entonces quería conectar esa crisis social con el deseo, el deseo de otra fraternidad, de otra solidaridad, todo eso me interesaba mucho. Me sentí muy contento el día que decidí terminar la película en una no-resolución desde el punto de vista sexual, es decir que se van juntos, no se van a acostar juntos, pero van a seguir siendo amigos. Incluso políticamente era primordial que terminara así. Tal vez es más anecdótico, más sociopolítico, pero también me permitía recordar algunas cosas, en un contexto siempre igual, siempre tan francés, tan pequeñoburgués, volver a plantear la cuestión del deseo, de la sensualidad, de la sexualidad, de la 21