C(h)arácter Vol 3 September-October 2013 | Page 82

C(H)ARÁCTER para engañar conseguiría un novio. Así apareció Iván en nuestras vidas. Por meses Ángela vivió con ambos una aventura de amor, hasta que hace algunos días me confesó que se pondría sería en su relación con Iván, pues él le acababa de pedir matrimonio, y nuestro amor de tantos años acabaría por un mero espejismo. Cargado de odio y rencor, descontrolado y fuera de mí, engañé a Ángela para encontrarnos en un bar, tomé un bate y una vieja cuerda de nuestros viajes de montañismo y antes de que llegara al falso encuentro la ataqué por la espalda y acabé con su vida. Escogí la cuerda porque años antes esa misma cuerda había intentado robarse los alientos de mi hija en una caída libre en Australia y decidí que sería esa misma cuerda la que cumpliría nuestros destinos. Escondí toda evidencia y pretendí que no me importaba, pero había acabado con el amor de mi vida y más que eso con la niña de mis ojos, con la frágil niña que antes cargué en mis brazos. La pena y la culpa me mataban por dentro, pero yo fingía y esperaba que el dolor pasara. Empezó una investigación y me di cuenta que el detective, por su fama y prestigio, podría acercarse a la verdad, sin embargo me despreocupé por algún tiempo pues el detective parecía no haber encontrado nada en casa. Sentí un regocijo enorme cuando el detective ojeó una foto en la que aparecía un amigo de infancia de Michael porque seguro lo confundiría con un novio de Ángela y se extendería el caso, además que Alex interrogó a Iván; en fin el investigador estaba confundido. Pero luego de un par de horas la intranquilidad me llevó a hacer un crimen con las mismas características del primero. Fui a un barrio cercano y ataqué por la espalda a un joven de apariencia latina. Lo ahorqué e hice una nota para que creyeran que el asesino era esporádico y nada tenía que ver con mi hija. Sin embargo cuando el cuerpo cayó sentí que era el peor de los hombres y me di cuenta que mi vida no tenía sentido alguno. Escribí la nota profundamente triste dándome cuenta de que sin mi hija mi vida no iba para ningún lado. Caminé directo a casa y me encerré en mi estudio a escribir esta carta con la que pretendo que entiendan mi verdad y por qué hice las cosas que hice y aquí mismo me despido para reunirme con mi hija en el lugar que viene luego de este oscuro misterio que es la vida. Termino, sobran más palabras. Solo quiero que se sepa que yo la amé... la amo sin poder controlarme; es algo que va más allá de mis facultades. Pido al cielo que ojala algún día mi santa esposa y mi adorado hijo puedan perdonarme.” Firma: ??? MASA: Marco Ama a Su Ángela ???. Profundamente conmovido Alex guardó la carta en el bolsillo derecho de su gabardina, decidido a atesorarlo por siempre como una poesía de tragedia romántica. En las últimas líneas de lectura a Wayman se le quebró la voz. No entendió de donde salía tanta cursilería en él, el más experimentado de los detectives. Minutos después llegaron Iván y Michael que habían salido a desahogarse y se encontraron con la tétrica escena que nadie se había encargado de recoger. -Caso resuelto - terminó con tono sombrío, pues el caso lo había dejado reflexivo, el detective Alexander Wayman saliendo del hogar Smith, intentando imaginar cómo se siente un amor como el de Marco por su hija. Con intención de olvidar el caso de Ángela entonó una canción movida de romance y fingió facciones alegres. Interrumpió su canción para concluir, frente a su compañero, que el amor sincero lastima. - ¿Cómo así? - preguntó Luis sin más palabras para modular. - Bien... No lo sé, pero lo que sí sé es que en esta ocasión no quiero averiguarlo. . 82