eran realmente terribles mientras alcanzaba el teléfono celular de su bolsillo y marcaba
un número. Pidió un segundo vaso de licor. Mientras le respondían se concentró en la
noticia del T.V y se tomó a grandes y rápidos sorbos la bebida; luego se levantó de su
silla y, a grandes zancadas, se abalanzó fuera del bar, ante la mirada atónita del mesero,
no pagó el Whisky y no atendió al celular. El tabernero lo persiguió por algunas cuadras
con una furia elevada.
Corrió hacía el lugar que indicaban las noticias donde Luis “el sabueso” Tovar, un viejo
detective compañero, revisaba al muerto. Alex manifestó su intención de revisar la
escena. Luis le mostró el cadáver que estaba ya bajo una frazada de tela y le indicó una
nota escrita en tinta roja cardenal que decía:
“No puedo olvidarla, oigo el compás de la danza del
Chajá, que llena los recintos del amor.”
Firma: MASA
En el regazo tenía una mancha circular de tinta como sello. La pobre víctima, un
adolecente de aspecto extranjero, había sido ahorcada a sangre fría.
-El asesino se cuidó- aclaró Luis- tenía guantes para evitar dejar alguna huella y no dejó
ninguna pista.
Wayman tomó el cuello de la víctima y de manera inesperada y aparentemente
descontrolado hizo ademan de ahorcarlo con sus propias manos, mientras lanzaba
frases ininteligibles en todas direcciones. La prensa, que ya se estaba marchando,
aprovechó semejante espectáculo y en cuestión de minutos la primicia estaba en todos
los noticieros de televisión y ya se empezaban a escribir columnas en los periódicos
nacionales e internacionales con titulares del calibre de: "Detective frustrado ataca
cadáver" o "Alexander Wayman ¿Ángel o Demonio?". De repente el detective palideció
observando un detalle que lo sobresaltó haciéndolo gritar y saltar como loco, mientras
Luis retrocedía sorprendido y los camarógrafos filmaban el evento. No se daba cuenta
de que su carrera profesional corría peligro. Cuando finalmente soltó al cadáver quedó la
marca de sus manos en el cuello.
Alex se levantó transfigurado de júbilo y clamó enfrente de Luis: << ¡Claro! Luis llama a
la central y hazles saber que se requiere inmediatamente una patrulla en la casa de los
Smith>> y sin más arranco a correr en dirección de ese domicilio. Luego de correr como
si no hubiera un mañana, sonó la campana de la casa de los Smith. La sonó una
segunda vez. Exasperado la sonó una tercera vez y mientras sonaba abrió la puerta
Susana, la madre.
-¿Dónde está su esposo señora?
-En su estudio; en estos días se encierra ahí para estar solo. Señor detective vi en la T.V
como atacaba a un cadáver y no creo que usted sea el indicado para aten...
-¡Señora cállese! Indíqueme ya mismo donde está el bendito estudio - explotó Wayman.
Susana lo miraba como petrificada.
-Apártese mujer que su esposo está a punto de suicidarse, si es que no lo ha hecho ya.
-¿Cómo? ¿Qué dice? Pase, pase; al fondo a la izquierda - replicó rugiendo la asustada
señora.
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