C(h)arácter Vol 3 September-October 2013 | Page 76

C(H)ARÁCTER EL CASO DE LA CUERDA DINÁMICA Era de noche. El oscuro pavimento sostenía a otro cuerpo inerte, como los ha habido en cualquier época o situación. Otro espíritu se reuniría con la majestad celestial y se sentaría a la derecha del Santo Padre. Yacía inmóvil, con las marcas de las cuerdas forzadas alrededor del cuello y la cara completamente desfigurada por la brutalidad de los golpes: Ángela Smith, que de seguro hubiera elegido morir de alguna otra manera. Hija de un humilde pintor de brocha gorda y un ama de casa como cualquier otra, Ángela no tenía motivos para ser víctima de tal ferocidad. Era joven y tenía aspecto de ser apasionada y hermosa; su cuerpo fue arrojado frente a una discoteca. Sus padres, que acababan de llegar por aviso del cuerpo de policía, estaban abrazándose mutuamente tratando de consolarse sin poder pronunciar palabra alguna. Michael, hermano de la víctima, con aspecto sombrío en la cara se acurrucaba frente al cuerpo que antes perteneció a la frágil Ángela. Iván, el prometido, fumaba reacio a aceptar la pena. En menos de 1 5 minutos había llegado caminando el detective Alexander Wayman, vestido con una larga gabardina azul y unas botas de gamuza oscura; cantando con un tono de voz estridente, y realmente alegre, una canción bastante movida. Esa era su insignia: ser completamente ajeno, sentimentalmente, a los casos que resolvía, siempre inocente y alegre. La policía lo llamaba con frecuencia, debido a su bien merecida fama en el acierto de los casos más complejos. El detective, al percatarse de los familiares paró de golpe su canción, de la cual parecía depender su existencia y ordenó a la familia alejarse de la víctima, se colocó y ajustó los guantes y se dirigió a examinar el cadáver. En los bolsillos del abrigo de Ángela encontró artículos de belleza personal y algo de goma de mascar; en el índice de la mano derecha el anillo de compromiso. Wayman reconoció fácilmente que la muerte había sido causada por estrangulamiento por lazo, o con cuerda y que el asesinato tenía cerca de 6 horas de ser cometido. Con un gesto pausado y expresión de sorpresa Wayman se acercó a olfatear a la víctima. Luego volteó el cadáver en orden de buscar otro indicio y debajo de la cabeza, como si esta fuera un pisapapeles, había una nota que, escrita con tinta roja cardenal, decía: “Cuando el amor se contamina, es mejor acabarlo que repararlo” Firma: MASA Al final de la nota había una marca de labios que el detective fácilmente pudo establecer que eran de Ángela. El detective guardó la carta en una bolsa plástica y se dispuso a 76