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Cómo buscar y usar información científica También te aconsejaba en la sección 3.5 que aprendas a usar bien las herramientas de búsqueda, por lo menos las más habituales. Familiarizarte con ellas a la larga te va a com- pensar: lee las descripciones, ayudas, mira los tutoriales, guías y ejemplos con atención, etc. ¿Qué herramientas usar? Aparte del buscador general de recursos, depende de la búsqueda que tengas que realizar y de la materia o disciplina en la que te muevas, pues las herramientas más especializadas varían de un ámbito de conocimiento a otro. Con el tiempo, conviene que conozcas las generales o multidisciplinares y las más importantes en tu disciplina, digamos media o una docena de instrumentos fundamentales con los que manejarte con comodidad. ¿Cómo elegir las herramientas? Debes tener en cuenta para qué sirve cada una de ellas: ¿qué materias abarcan?, ¿qué tipos de contenidos o documentos incluyen?, ¿de qué época y lugar es la información que cubren?, ¿son selectivas o exhaustivas recogiendo documentos?, ¿qué información ofrecen de cada documento?, ¿incluyen enlace a los textos completos?, etc. ¿En qué orden elegir? Voy a dedicar el capítulo 8 completo a tratar de las principales herramientas disponibles, así como a abordar más casos prácticos. En este capítulo nos concentramos en cómo abordar las búsquedas temáticas, en las reglas o técnicas principales. En este sentido, en cuanto a prioridades de elección, te puedo ofrecer, como orientación general el siguiente cuadro, basado en los tipos de herramientas y fuentes de información (sección 3.4). Prioridades de elección de tipos de herramienta de búsqueda 1º Buscador de recursos Si tu universidad cuenta con uno, sería la herramienta más habitual para emprender una búsqueda de documentación. Reúne de una forma sencilla una gran cantidad de contenidos científicos de calidad. Dependiendo del nivel de tu necesidad, de la disciplina, del tema, de los resultados, etc. será suficiente o no. Habría que ver. 2º Bases de datos documentales Segundo instrumento en orden de prioridad, o primero si no hay un buscador de recursos adecuado. Se trata de herramientas muy potentes en contenido y prestaciones, pero la mayoría son sectoriales: hay que elegir la(s) base(s) de datos apropiada(s), como veremos en el capítulo 8. 3º Buscadores especializados Es una opción alternativa o un complemento a las bases de datos. Son a veces muy penetrantes, rápidos y sencillos de manejar, aunque tienen sus puntos débiles. 4º Catálogos El catálogo de la biblioteca no suele servir para buscar artículos, partes de congresos, etc. Pero sí es importante para buscar monografías y manuales, lo que a veces es suficiente. Y vale para localizar dónde están las revistas y demás documentos en la biblioteca. Y hay también otros catálogos de relieve, para diversos fines (capítulo 8). 5º Otras fuentes de información Portales editoriales o depósitos de documentos específicos son ya una solución especial, para casos o temas singulares, como las fuentes de datos, etc. · 89 ·