BRUJULA CIUDADANA El rumbo del federalismo | Page 25

2. P erspectiva regional del federalismo y la descentralización 23 La construcción de una nueva gobernanza democrática exigiría que estos funcionarios fueran administradores públicos eficaces que, en articulación con actores de la sociedad civil, desarrollaran una capacidad de control y vigilancia del ejercicio de los fondos públicos, sin tornarse ellos mismos en actores políticos que, de una forma u otra, entrasen en la disputa por el control político territorial. Si actuasen así podrían bloquear otro proceso imprescin- dible en la reconstrucción del Estado mexicano, que es el fortalecimiento institucional de los gobiernos estatales y municipales, cuya debilidad ha abierto la puerta a la co- rrupción, la violencia y al crimen organizado. La solución ofrecida puede crear nuevos problemas, sin resolver los anteriores, si los coordinadores se tornan en “la voz del pre- sidente en los estados”, o en una especie de jefes políticos estatales de facto. Lamenta- blemente, a ello apuntan los nombramientos ya realizados por AMLO en cada estado. Excandidatos a las gubernaturas derrotados, presidentes estatales de MORENA y líderes partidarios reconocidos han sido designados “Coordinadores”. Obviamente, de tales figu- ras sólo puede esperarse la politización del cargo, pues serán candidatos naturales a las gubernaturas de sus estados y, por tanto, no estarán comprometidos con el éxito de los gobernadores en funciones, y tendrán la tentación de dosificar al apoyo a los munici- pios en función de lealtades políticas, lo cual aplica incluso para los gobernantes emanados de su propio partido. Por otra parte, la complejidad técnica de sus funciones será tan grande, pues abarcarán todos los campos de la política pública, que requerirán para operar de una especie de “gabinete alter- no”, es decir, de una especie de “subdelegados” por secretaría, por lo que el supuesto ahorro que generará la concentración del mando en un coordinador estatal será relativa, dado que un cuerpo burocrático profe- sional no puede ser obviado sin daño severo a la eficacia de las funciones a desempeñar.