BRUJULA CIUDADANA El rumbo del federalismo | Page 17
1) E volución
del federalismo y los retos para el cambio
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Antecedentes históricos:
centralismo y federalismo
Foto de Sarumo74 vía Wikicommons.
El régimen jurídico-constitucional del federalis-
mo en México, como es sabido, arrancó desde
1824, año en el que nuestra primera Consti-
tución -posterior al derrocamiento del Primer
Imperio Mexicano de Agustín de Iturbide-,
establece fundacionalmente que “La nación
mexicana adopta para su gobierno la forma
de república representativa popular federal”.
La puesta en práctica del federalismo en ese su primer gran ensayo no fue
fácil y desató una confrontación entre los liberales que lo defendían y los
conservadores que propugnaban por el centralismo, con hondas raíces en
nuestro pasado prehispánico y colonial, como única posible vía para garantizar
el orden económico y evitar la atomización derivada de cacicazgos regionales.
No obstante, la corriente federalista acabó imponiéndose a la postre en la
Constitución de 1857 en la que, nuevamente, quedó asentado el federalismo
y su espíritu como eje de las definiciones del cuerpo constitucional, si bien
en los hechos persistieron muchas prácticas de corte centralista.
En este breve repaso histórico, es indispensable apuntar también que el
ulterior trayecto político y jurídico del federalismo mexicano fue resultado
de múltiples sucesos traumáticos, destacadamente del movimiento revo-
lucionario de principios del siglo XX contra la dictadura porfirista y, como
su deriva positiva después del triunfo, del Constituyente de 1917 que, en
la integración del nuevo texto constitucional, estableció un federalismo de
tipo dual que propugna el equilibrio entre ambas corrientes y realidades. Así,
se abrió el espacio a un régimen de convivencia sui géneris entre el ámbito
central y el federal, en tanto la misma constitución, vigente hoy día, otorga
autonomía a las fuentes de derecho local ahí donde no queda reservado o
no está normado el derecho perteneciente a la Federación.