BRUJULA CIUDADANA El Ejecutivo y su curva de aprendizaje | Page 61
5) P olítica
exterior
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Pero no es el caso de Nicaragua, El Salvador,
Honduras y Guatemala. En estos cuatro paí-
ses del norte de Centroamérica, la impronta
de países bananeros sigue presente, a pesar
de haber tenido un tumultuoso pasado en
la década de 1980. La revuelta que llenó de
ilusión revolucionaria a la región, dio pocos
y magros resultados, aparte de algunas vic-
torias pírricas. de la guerra sucia, habría que destacar la
labor pionera de la Comisión Internacional
contra la Impunidad en Guatemala (CICIG),
por limpiar de corrupción las esferas altas
del poder.
Las experiencias de los diferentes gobiernos
“revolucionarios” de Nicaragua han dejado
mucho qué desear, la llamada generación de
la “piñata” tiene a su último representante en
la actual administración de la familia Ortega.
Pero Nicaragua es un asunto que se cuece
aparte y solo valdría destacar sus bajísimos
índices de violencia y penetración del nar-
cotráfico, que según se dice, se debe a la
influencia cubana de la primera época del
Frente Sandinista y su organización territorial
y comunal. Los tres presidentes actuales: Juan Orlando
Hernández en Honduras, Jimmy Morales en
Guatemala y Nayib Bukele en El Salvador
(que asumirá la presidencia en junio próxi-
mo), no solo son afines a Estados Unidos,
sino sumisos, fieles y dóciles. Esta alianza ha
sido sellada de múltiples maneras y con con-
cesiones tan especiales como que Honduras
y Guatemala trasladarán sus embajadas a
Jerusalén para contentar y consecuentar al
presidente de Estados Unidos.
En El Salvador, la alternancia con presiden-
tes afines o miembros del Frente Farabundo
Martí para la Liberación Nacional (FMLN)
tampoco parece haber dado resultados
sorprendentes; en Honduras, el gobierno
reformista de Celaya duró e hizo poco,
terminó en golpe de estado y le siguió la
situación actual de fraude electoral y go-
bierno reelecto y espurio. En Guatemala,
más allá de los acuerdos de paz y el fin
El gobierno mexicano frente sus
pares en América Central
Por eso, llama la atención que el actual go-
bierno de México establezca un plan de de-
sarrollo conjunto con estos tres países, en
alianza con Estados Unidos. El gobierno mexi-
cano, por definición propia, es nacionalista
y antineoliberal. Toda su política económica
se dirige a recuperar el patrimonio nacio-
nal perdido y la independencia económica
y energética. No está reñido con el TLC ni
con Estados Unidos, pero ciertamente ha
marcado sus diferencias de enfoque.