BRUJULA CIUDADANA El Ejecutivo y su curva de aprendizaje | Page 19

1) E conomía 17 por consiguiente, aumentar la prosperidad y desarrollo económico y social. Si retomamos la definición de inversión en la teoría económica, ésta se refiere a la forma- ción de capital real, es decir, al incremento en la capacidad de generar valor. Una inversión es la asignación de recursos en la expectativa de un beneficio futuro. Hay un núcleo significativo de industriales mexicanos que tiene clara la película. La Con- federación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN) y el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico A. C. (IDIC) han presentado una propuesta de política industrial de México denominada ‘Hacia una industria del futuro’, con la cual promueven la producción competitiva de insumos in- termedios y bienes de capital, es decir que impulse la productividad y competitividad de las empresas nacionales, el fortalecimiento del mercado interno y del capital humano, y la generación de infraestructura y el finan- ciamiento de la actividad productiva. Ese es un camino acertado para acelerar la inclusión y movilidad social con base en el empleo formal bien remunerado que además se encuentre sustentado en bases produc- tivas. Se trata del camino al desarrollo que en distintas etapas de la historia económica emprendieron los países más desarrollados y dinámicos como Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Japón, Corea del Sur, China y los conocidos como los Tigres Asiáticos. La CONCAMIN y el IDIC subrayan que la instrumentación de una política industrial globalmente productiva, competitiva y de inclusión social se traducirá en un incremento en el bienestar de la población, mediante la creación de empleos bien remunerados y con prestaciones sociales, generando y distribu- yendo la riqueza de manera productiva, sin cargo al erario ni mayores impuestos. El mandato del presidente de la república a su equipo es movilizar a inversionistas insti- tucionales hacia la inversión en infraestruc- tura. Sin embargo, la división del trabajo en el sentido de que el gobierno se encarga de los proyectos prioritarios del presidente y el sector privado del resto no es suficiente. Las expectativas de los inversionistas están centradas en la generación de confianza y esta se construye de manera cotidiana con prácti- cas sanas más que con consignas mediáticas. Veo que los megaproyectos de infraestruc- tura que están sobre la mesa tienen pocas perspectivas de materializarse. En primer lugar, porque, a causa de factores imprevis- tos, invariablemente se necesita mucho más dinero que el monto planeado originalmente;