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¡Llega la primavera! Con la llegada del buen tiempo vuelven algunos de los cambios más esperados del año y que la mayoría de nosotros recibimos con alegría. Los dias se van alargando, nos despedimos del frío, el paisaje se llena de color y los paseos son mucho más agradables. En casa podemos apagar la calefacción, empezar a abrir ventanas y guardar las mantas y los abrigos que tan útiles nos fueron en invierno. ¡Pero... no todo son ventajas para todos! La primavera es para las personas alérgicas, una de las épocas más incómodas del año. La alergia primaveral se produce por una sensibilidad exagerada a algunas sustancias como el polen que en esta estación es muy abundante. No se conoce la causa concreta, pero se cree que el problema se origina cuando el polen se une a otras sustancias contaminantes y forma nuevos compuestos. Ante éstos, el sistema inmunitario de algunas personas reacciona con síntomas tan desagradables como el enrojecimiento de los ojos, la tos seca o el goteo nasal constante. En los niños, la alergia primaveral puede aparecer a cualquier edad, pero no es frecuente que se manifieste antes de los dos años. Es importante saber que el factor genético puede ser decisivo; por eso, si los padres son alérgicos, el niño tiene muchas más posibilidades de serlo también. En los últimos años, los casos de alergia primaveral no paran de aumentar, especialmente en niños y jóvenes. Parece claro que el cambio climático y la contaminación atmosférica tienen mucho que ver en este incremento. ¿Mi hijo tiene alergia primaveral? La mayoría de los síntomas que se observan en caso de alerg