Boletín ASOPEN - 40 Boletin ASOPEN 40 | Page 28

Firmar La Paz Por Nury Bedoya Mesa ¿Has escuchado alguna vez la expresión: perdono pero no olvido? ¿Olvidamos acaso los sucesos de nuestra historia personal? No es el olvido, es la actitud y la emoción que acompaña el recuerdo, y eso se decide y se vive. El antídoto del rencor es perdonar y conciliar. A menudo el rencor se disipa, aunque haya anidado durante años, si la persona que lo inspira se reconcilia con la que lo experimenta. La rabia, el rencor, el resentimiento, el odio, nos hacen sufrir, y así sea por un sano egoísmo, es imperante, liberarnos de dichas emociones. Somos responsables en la creación o mantenimiento de los conflictos y hemos concretado mecanismos para eludir dicha responsabilidad, es hora pues de reaccionar frente a las heridas recibidas: o nos encadenamos al pasado, limitando nuestra capacidad para la felicidad y la alegría en el presente, o nos abrimos al futuro, dejando atrás el pasado, haciéndonos libres para vivir con mayor paz y armonía, a través del perdón. “EL PERDÓN PROPIO Y AJENO ES EL CAMINO INSUSTITUIBLE PARA LOGRAR LA PAZ INTERIOR. • • • El perdón no quiere decir que se apruebe o se defienda la conducta injusta que ha causado sufrimiento. Convivir con el maltrato, con el irrespeto o con la violencia. Perdonar por Dios, resulta un autoengaño. El perdón tiene que incluir al ofensor realmente, pues él es el destinatario del rencor Perdona-vidas”, por lástima o considerar a alguien tonto o estúpido, “es que, pobrecito”, aquí se confunde perdonar con despreciar o con la propia arrogancia. El perdón solo requiere un cambio de percepción, otra manera de considerar a las personas que creemos nos han causado dolor y problemas; basta con arrancar las semillas del rencor en nuestro corazón. NATURALEZA DEL PERDÓN: J u st i f i ca r l o s co m p o r ta m i e nto s negativos o improcedentes, propios o ajenos: maltrato, violencia, agresión, abuso sexual, traición, injusticia, calumnia. 28 Boletín No. 40 / Diciembre de 2018 El perdón es un PROCESO: No se logra de una vez por todas, es una tarea que hay que renovar frecuentemente. Optamos por una visión más profunda, amplia y abarcadora del otro, podemos reconocer y afirmar la mayor verdad de quienes somos y son los demás. Desmontar los falsos presupuestos del resentimiento… El primer destinatario del perdón es Uno mismo. El desafío más grande y más difícil. Aprender a amarnos y aceptarnos como somos “pase lo que pase” y seamos como seamos. AMARSE = ACEPTARSE. El perdón hacía nosotros mismos nos faculta para perdonar a otros, cuando logramos ser misericordiosos con nosotros, acogemos con misericordia a los demás. EFECTOS POSITIVOS AL PERDONAR Nos liberamos de la carga de víctima y disfrutamos de nuestra vida actual plena y libremente. Nos liberamos del poder que ejercen sobre nosotros las actitudes y los actos de otras personas. El perdón es una DECISIÓN: Es “reconocer la libertad del otro, su capacidad de cambio no solo la de él, sino la de todo ser humano” Es la opción de “fijarse en la luz de la lámpara y no quedarse en la pantalla sucia que la sostiene” Despertamos a la verdad de nuestra bondad y al hecho de que somos dignos de amor El perdón es una ACTITUD: Estar dispuesto a aceptar la responsabilidad de las propias percepciones como simples apreciaciones, no hechos objetivos. Es elegir mirar a la persona y advertir que es algo más que lo “espantosa” o insensible que vemos. Es el Reparamos lo que está roto. El perdón: Coge nuestro corazón roto y lo repara, coge nuestro corazón atrapado y lo libera, coge nuestro corazón manchado por la vergüenza, la culpa y lo devuelve a su estado inmaculado. QUE NO ES PERDONAR • propósito de querer mirar “más adentro”. El perdón es más signo de inteligencia que de generosidad. El Perdón no es pérdida, sino ganancia. No indica sumisión sino señorío; no es carga pesada de una obligación moral, que obliga a perdonar, es descarga liberadora de un pesado fardo que nos ata al pasado. Perdonar no es fruto de cerrar los ojos para no ver las ofensas, es más bien signo de una mirada que permite leer más allá de la superficie y descubrir en el fondo del otro un niño asustado. El perdón es la generosidad de no quedarse relamiendo el propio dolor; es sabiduría para comprender que el otro sólo ha actuado, según sus conflictos le han dejado. El perdón nos permite descubrir la verdad, toda la verdad del YO esencial del otro y, por tanto, esta verdad, como toda verdad nos hace, en verdad, libres. “Antes de perdonar hay que renunciar a la idea de que el perdonar es algo sobrehumano, no natural, un “favor” que se hace a dios: dios no necesita “favores”, el perdón favorece más al que perdona que al perdonado, pues sin el perdón no podemos asumir el orgullo (la conciencia del propio valor), el amor, la alegría, fundamento inequívoco de la grandeza del ser humano” Leopoldo azancot. La opción triunfadora y sanadora: firmar la paz con nosotros mismos, con nuestra historia y con las personas del entorno Estamos a tu lado, llámanos (4) 448 29 45 Teléfono de la Esperanza Asociación de Pensionados ASOPEN 29