ANÉCDOTA
Las piedras
Rincón
de la HISTORIA
Por William Siekavizza Chica
L
as piedras de La Esmeralda eran famosas. Todo el que iba llevaba
siempre su piedra en el maletín. Ingenieros, o visitas: nadie se
escapaba. Algunos contaban, otros se quedaban callados. Uno de
ellos fue Ismael Ossa, que cuando regresaba a Medellín le echamos una
piedra grande en el maletín con ayuda del conductor. Él mismo lo cargó
en el carro para llevarlo al aeropuerto. Allá lo descargó y se lo dejó.
Cuando pasaba por la requisa de la policía, le sacaron la piedra y le dijeron que si era que iba a
secuestrar el avión. Lo mismo le pasó a Diego García, y los policías le preguntaron si venía de
ISA, por casualidad.
Colaborador José Ángel Suárez Ruiz
TOMADO DE INTERNOTICIAS
N° 102 MAYO DE 1988
Otro que cayó en la inocente red de las piedras fue el
Ingeniero Hernán Walker, cuando fue a dictar un curso a La
Esmeralda. El día que se iba para Medellín, le dijo al
conductor que le consiguiera unos platanitos y naranjas
para llevar. El hombre se puso de acuerdo con nosotros y le
empacamos, en el fondo de una caja grande, cuatro
ladrillos y encima los plátanos. También la subió al carro y la
bajó en el aeropuerto. Allá le cobraron sobrepeso por la
caja, y cuando llegó a la urbanización, le tocó subir con la
caja cuatro pisos para llegar a su apartamento. Al destaparla encontró el “regalito”. Y llamó
furioso a reclamarle al jefe nuestro, Alirio Gallego, quien le contestó: “¡Tranquilo que usted no
es el primero!... ¡Todos han llevado!
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Boletín No. 38 / Diciembre de 2017
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