Blablerías Nº 21 - Abril 2017 | Page 18

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Peques

Leyenda del picaflor

por Marita von Saltzen

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Había una vez una joven india más linda que el sol, que se llamaba Flor. Cuando cantaba, su voz era tan dulce que hasta los pájaros se callaban para escucharla.

Flor estaba enamorada de Ángel, pero él era de una tribu vecina, enemiga -quién sabe por qué- de la de ella. Por ese motivo, ellos tenían que encontrarse a escondidas en un lugar secreto del bosque.

Un mal día los descubrió una india celosa, que de buena no tenía un pelo, y le fue con el cuento al padre de Flor. Desde entonces, no solo los novios no pudieron volver a verse, sino que además el padre se encaprichó con que ella se casara con otro.

La Luna, que protege a los enamorados, le dijo a Ángel:

—Ayer me avisó mi amigo el Viento que Flor lloraba

desconsoladamente porque su padre quiere casarla con

un indio de su tribu. Ella gritaba que prefería morir antes de

cumplir con esa orden.

—Por favor, Luna —suplicó Ángel con desesperación— necesito verla cuanto antes.

—No puedo darte el gusto: su ruego fue escuchado y ha sido transformada en una flor.

—¡Ay, no, Luna! Y ¿cuál es el nombre de esa flor?

—Amigo mío, ni el Viento lo sabe...

Ángel no podía comer ni dormir y, en medio de su dolor, fue notando que su cuerpo cambiaba: se hacía cada vez más pequeño y, lentamente, se iba cubriendo de plumas. A los pocos días se había convertido en un pajarito así de chiquitito de hermosos y brillantes colores. Desde entonces besa las corolas de todas las flores en busca de su Flor.

Algunos lo llaman colibrí. Otros, picaflor.

Fuente: ´´Aves argentinas y sus leyendas” Carlos Villafuerte

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