Blablerías Nº 21 - Abril 2017 | Page 12

*Segunda foto: una murga para compartir espacios con adolescentes institucionalizados (que viven todo el año en una escuela a 70 km de Córdoba Capital) con importantes problemas de violencia y de “aburrimiento”. Los cuentos, las leyendas y los relatos estuvieron presentes. Recuerdo que, cuando volvíamos de la Quebrada del Condorito en una actividad de cierre del año, les conté en el colectivo un cuento del libro Los Sapos de la Memoria de Graciela Bialet escrito en primera persona. Era la historia de un adolescente cuyos padres habían sido víctimas de la represión militar de los años setenta… Cuando terminé muchos lloraban y me preguntaron si ya sabía algo de mis padres.

Ese día, un adolescente estudió la historia desde las emociones.

*Tercera imagen: En una época entregamos algarrobos a las personas que se hacían las Pruebas voluntarias de VIH. Era difícil explicar a los responsables de dependencias ambientales el vínculo entre ellos y la prevención de enfermedades de transmisión sexual. El Sr. Luís Vega, secretario del Programa Provincial de VIH/SIDA, medió en ese momento: explicó los lazos invisibles y las redes multidimensionales que existen en las vidas de las personas y, desde su lugar estratégico en la Ciudad de Córdoba, respaldó estas acciones no formales propuestas en Salud al sumar lecturas e historias para cada momento. Así, habiendo sido preso político en el año 1979, cuando apenas tenía 19 años, se sensibiliza cuando se acerca el 24 de marzo. Un año me mandó un mail que decía: Estaría bueno que contaras en “tu” sala de espera el cuento “Pájaros Prohibidos” de Galeano (Bobo. ¿No ves que son ojos? Los ojos de los pájaros que te traje a escondidas.).

Ese día, las Instituciones entendieron que los cuentos son parte de la llegada a las comunidades, salieron de sus despachos citadinos y se sentaron

en un fogón cuentero a escuchar.

*En San Isidro se llevaron adelante encuentros de narración junto al río donde todo el Veniquetecuento (Rubén López y narradores exquisitos de Córdoba) se acercaban a estirarse en la verde alfombra del pasto serrano. Eran tiempos en que para una comunidad de mil habitantes, la mirada del médico estaba relacionada con lo científico, con la estrecha vinculación a la industria farmacológica y con el trabajo desde la enfermedad. Los cuentos hablaban de otros espacios de salud, de la alegría y la música como herramientas de comunicación y de la risa como jarabe para la tos. Se realizaron tres “Venique camperos”. Los vaivenes políticos y los intereses de unos pocos hicieron que ese grupo de personas que llevaba adelante cinco proyectos de Intervención comunitaria (Centro de educación temprana, Grupo de mujeres en autoproducción alimentaria, Murga “El rejunte” con alumnos de escuela secundaria, Murga “Perfume de mujer” con la escuela primaria y el trabajo conjunto con el Centro de jubilados) fueran removidos de sus cargos. Los narradores junto con más de cien personas del pueblo reclamaron por el derecho a la salud. Una comunidad sin ningún tipo de historia similar, se animó a manifestarse. De esto hace ocho años. Hoy San Isidro impidió la instalación de una empresa minera que contaminaría sus tierras y sus aguas.

Ese día de hace ya muchos tiempo se puso en evidencia que las sociedades pueden unirse y reclamar lo que creen justo.

*Con Nadina Barbieri, Karina Filoni y Silvia Vergara nacieron "Las H", propuesta de cuentos para prevenir el silencio asociado al maltrato infantil y de género. Una ONG local había intervenido en un

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GRACIAS A LA VIDA

por Violeta Parra

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Cuento