Blablerías Nº 17 - Abril 2016 | Page 15

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VALPARAÍSO ES UN CUENTO

Hace tiempo que junto a Imaginarios Producciones veníamos moldeando la gira. Las tempestades y los terremotos nos demoraron, pero el verano dijo sí.

Llegué a Chile a contar cuentos, a cantar canciones, a dar talleres de arte y libros, a trabajar en nuestras futuras LUDOFERIAS y sobre todo a jugar, que es lo que más hago.

Santiago de Chile me recibió con el abrazo amigo de Juanita Urrejola, gran narradora y hacedora de mundos, pero con la nube tóxica de cianuro que amaneció junto a nosotras, que nos apuró el despegue para llegar a Valparaíso lo menos contaminada posible.

Valparaíso es un regalo para los dispersos como yo. Me zambullí en esa mar de murales, pendientes, casitas armadas con hilo y papel, sueños, noches de risas y gran sintonía para hacer.

En el Parque Cultural de Valparaíso, me esperaban días de taller de libro objeto, que coronamos con una hermosa función abierta a toda la familia en domingo y con mucho y grato público a favor.

Y acá me detengo para decirles que jugar en Chile no es tan sencillo. Supongo que esa brecha que dejaron tantos años de muerte y represión, sin reparación ni culpables ni redimidos, ha hecho que, en Chile, la sonrisa se dibuje tímida. Por eso, que el público se haya dejado arrastrar por mi desfachatez y me haya acompañado con tanta alegría en los cuentos fue muy maravilloso. “Me tincó harto poooo”…

La gira se fue y vino entre el Valle de Aconcagua y Valparaíso. En una casa hermosa, al pie de las montañas, futura residencia de cuenteros y afines, nos internamos Paty Mix y yo para profundizar en el libro que estamos haciendo, ella en las palabras, yo en las imágenes, y que, justamente, se llama Nómade.

Contando historias, descubrí, por ejemplo, que en el Temuco de Chile no hay bananos, aunque en el Temuco de “El secreto de Amaru”

de María Teresa Andruetto, que yo cuento, los siga habiendo.

En San Felipe, en Aconcagua, hice un taller para iniciados en la cuentería y, en Valparaíso, jugamos y nos emocionamos con un taller intensivo para los narradores, que son muchos, basado en la emoción y en el juego.

Tuvimos noches de cuentos y de canciones aquí y allá.

Pude verme, como un dibujo, atravesando las calles, subiendo las lomas, perdiéndome dentro de otros vecinos. Hacerme familiar.

Ha sido un placer y toda una dicha poder llegar al mar del Pacífico de la mano de los cuentos, y que allí, entre tantas historias, pueda haber dejado algunas arenas de mí.

Viaje

para leer

por Garba

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Y allí me fui.

Con Paty Mix

LAS DOS PUNTAS

Los Arribeños